Jóvenes mujeres líderes en sus comunidades
Tema:
Fecha:
País:
Compartir:
Pese a la demora social prolongada que se les atribuye a las juventudes, y los nuevos estereotipos que parecieran alejarles de la participación política, social y económica, sobre todo en espacios rurales donde el único objetivo atribuido pareciera ser la migración a la ciudad en busca de otras oportunidades.
El acercamiento a diferentes realidades, en diversos contextos, nos ha permitido conocer a jóvenes que buscan un mejor mañana para sus comunidades y refuerzan sus sentidos de identidad, apropiación y pertenencia en sus protagónicas acciones e inserción a la vida orgánica de la comunidad, que los vincula a proyectar de forma diferente su ser adulto.
Es importante señalar que las oportunidades tanto internas como externas para mujeres jóvenes, pueden tener una cuesta aún más inclinada; por lo general con mayores vulneraciones a sus derechos y oportunidades; pese a esto, Vanessa y Guiselle, decidieron aceptar el cargo de responsables de gestión del riesgo en sus comunidades, y nosotras queremos compartirte cómo asumieron este reto.
Vanessa Ríos Pori tiene 22 años, casada hace 2 años, vive en la comunidad de Losiros, que se encuentra a unos 20 minutos de San José de Chiquitos;actualmente estudia Contaduría en el Instituto Técnico Superior Erwin ReckStemmer y va por su primer año, Ella decidió estudiar dicha carrera porque tiene el objetivo de apoyar y ejercer su profesión en beneficio de su comunidad.
Vanessa nos contó que una gran mayoría de las personas de su comunidad se dedican a la agricultura de subsistencia, cultivan hortalizas y frutos, pero tambiénse dedican a la crianza de animales menores (vacas, gallinas, patos y chanchos),con el fin de disponer de alimentos en favor de la seguridad alimentaria de la comunidad.
La sequía, como a tantas otras en la región, afectó a su comunidad: “justo ahora nos ha afectado fuertemente, por lo que muchos de nosotros hemos perdido algunos de nuestros cultivos. De igual forma sucedió con la helada reciente que se dio a finales de junio. Sin embargo, ahora estamos viendo la posibilidad de recuperar lo que se ha dañado, de lo contrario tendremos que volver a sembrar otra vez, pero tomando las precauciones correspondientes”. Esto representaría una doble inversión para esta comunidad, que no necesariamente fue prevista por las familias que la componen.
Vanessa afirmó que debido a que las sequías son constantes y las lluvias cada vez menos frecuentes, la producción en sus chacos es mucho más complicada y requiere mayor esfuerzo que en años pasados, pues requiere además de la búsqueda y traslado de agua para propiciar el mayor aprovechamiento posible de los cultivos. Esto ha tenido un efecto justamente en la producción de alimentos para las personas de la comunidad, lo cual ha representado un esfuerzo no contemplado en la compra de alimentos que no necesariamente aseguran su nutrición.
Basada en estas reflexiones, Vanessa decidió capacitarse para convertirse en la responsable del gestión del riesgo de su comunidad: “mi cargo consiste en buscar una solución a lo que pasa en mi comunidad y estar atenta a lo que sucede para así dar la información a mis comunarios y dar aviso al municipio sobre algún evento adverso que suceda en mi comunidad”.
Con tan solo 2 años más que Vanessa, Guiselle Teresa Echiverry ocupa dos cargos dentro de la estructura de su comunidad: por un lado, es secretaria de actas (cargo administrativo que asumió el 2020), y por el otro lado, como responsable de la gestión del riesgo en su comunidad Buena Vista.
En Buena Vista, la mayoría de las familias se dedican al negocio de aserraderos, casi no existen sembradíos de grandes extensiones, solo huertos familiares de subsistencia para las familias del lugar.
Los incendios son la principal amenaza para esta comunidad, cuyo riesgo se incrementa aún más debido a los constantes y fuertes vientos de la época, las quemazones y la deforestación que realizan las personas que viven cerca, “a pesar de que se les dice a los comunarios que no quemen y menos en tiempo de sequía, no hacen caso, por lo que nosotros mismos debemos hacernos responsables de nuestros propios actos”, comenta haciendo referencia a la característica antrópica, raíz de sus principales emergencias.
A ello se suma que Buena Vista solo tiene un pozo de agua salada, que difícilmente abastece a toda la comunidad, por lo han instaurado un horario fijo para recibir agua; el río que pasa cerca de la comunidad ha sido, muchas veces, fuente para suministrar agua quienes lo necesitan.
Giselle se convirtió en responsable en gestión del riesgo porque asistíaconstantemente a las reuniones convocadas por las autoridades, “en mi comunidad hay varios jóvenes, pero muchos de ellos no quieren participar porque tienen vergüenza de hablar en público. Yo creo que los jóvenes deberíamos involucrarnos más en participar en talleres o actividades que beneficien a nuestra comunidad, justo ahora me estoy capacitando para cumplir de manera correcta mi cargo de responsable de gestión del riesgo” enfatizó, al mismo tiempo que dejó en claro que su liderazgo, la fuerza de su voz y participación, son pensadas y solidarias con su comunidad y habitantes; pero además que busca fortalecerse en conocimientos y capacidades para asumir con responsabilidad el cargo asumido.
Ambas mujeres jóvenes son líderes y reconocidas por su participación y representación comunal, a partir de un común denominador: el gran interés que tienen en el tema de la Gestión del riesgo y su aplicación para apuntar a la resiliencia de los medios de vida priorizando el enfoque de prevención comunal.
Practical Action, en el marco del proyecto Resiliencia Chiquitania, está facilitando procesos y espacios que les permitan fortalecer sus capacidades como parte de un grupo de personas que representan a 12 comunidades del municipio de San José de Chiquitos.
El proyecto Resiliencia Chiquitania implementado por UNICEF, Practical Actiom (Soluciones Prácticas), OIM, Visión Mundial, bajo el liderazgo de la FAO, en coordinación con el Viceministerio de Defensa Civil, con el financiamiento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea.