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Conocimiento ancestral: ingrediente crucial para la seguridad alimentaria en La Libertad

Escrito por: Practical Action

En el mes de mayo las lluvias se van alejando. Si durante el inicio del año no ha llovido lo suficiente, la producción agrícola disminuye y la preocupación para las familias en las zonas altoandinas se incrementa. Sólo queda cosechar lo poco que se ha producido y rogar porque la poca agua que habrá los siguientes meses secos alcance para consumo de las personas y los animales.

Desde el mes de junio hasta noviembre, la seguridad alimentaria estará en riesgo. Este panorama adverso se ha convertido en un desafío para los pobladores de las zonas altoandinas de La Libertad, quienes deben buscar alternativas viables para asegurar una buena nutrición en sus hogares.

En el caserío de Sanchique, distrito y provincia de Otuzco, sus pobladores han recurrido a sus conocimientos ancestrales para procurarse alternativas nutricionales para estas épocas. Este es el caso de Rosani, quien, aconsejada por su abuelo, buscó productos que han ayudado a resistir la sequía décadas pasadas. Ella nos ofrece de beber un refresco extraído de la planta llamada localmente cargacollo, un bulbo familia de las orquídeas, que crece entre los 2000 y 3800 msnm. Esta bebida es un rehidratante delicioso que se sirve acompañando a unas ricas cachangas de harina de trigo.

También es el caso de Noemí, quien pone en la mesa un conjunto de granos tostados como el trigo, maíz, panisara y chocho (tarwi), que son complementos alimenticios de alto valor nutricional. Y de Dora, quien ha preparado un suculento plato a base de mote sancochado llamado granulado de mote con patasca.

Estas alternativas nutricionales se van complementando con iniciativas como la de Francisco, que, con su producción de lácteos, busca generarse un ingreso que ayude a mejorar la canasta familiar.

A través de talleres intergeneracionales, hoy, caseríos como el de Sachique en zonas altoandinas en La Libertad, han tenido espacios para poner en valor su conocimiento local con todas las personas que integran su comunidad y rescatar técnicas de preparación de insumos tradicionales. Estos talleres vienen siendo impulsados por Practical Action gracias al apoyo de USAID/BHA como parte del proyecto «Construyendo resiliencia comunitaria en cuencas vulnerables de Cajamarca, Lambayeque y La Libertad en Perú”. A través de estos espacios, se ha hecho un esfuerzo por reconocer el legado de prácticas culturales que por muchos años han ayudado a las comunidades a hacer frente a la adversidad, pero que sin embargo se han venido perdiendo.

Tener una alternativa nutricional diversa y que forma parte de toda una variabilidad de prácticas culturales propias de las comunidades de la zona altoandina de La Libertad ayuda a construir resiliencia y aumentar las capacidades locales para hacer frente a los riesgos agroclimáticos.