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Acelerando la acción por la igualdad de género: Por qué la urgencia importa

Escrito por: Practical Action

La igualdad de género no es solo una cuestión de justicia, sino un pilar fundamental para erradicar la pobreza, adaptarnos al cambio climático y construir un mundo más equitativo para todos.

Cuando las mujeres tienen la oportunidad de liderar, impulsan cambios sociales y económicos transformadores. Sin embargo, a pesar de décadas de avances, siguen existiendo barreras profundas que limitan su acceso a la toma de decisiones, la tierra, las finanzas y los mercados. Al ritmo actual, la igualdad de género no se alcanzará hasta el año 2158, más de cinco generaciones en el futuro. Esta no es solo una fecha lejana; es una llamada de atención.

Sin esfuerzos más decisivos, generaciones de mujeres seguirán enfrentando los mismos obstáculos, restringiendo sus oportunidades y su potencial. Pero cuando las mujeres tienen poder, recursos y oportunidades para forjar su propio futuro, pueden generar cambios a todos los niveles. Aunque las tendencias globales parecen estar desacelerándose o incluso retrocediendo, estamos trabajando arduamente para garantizar que las voces de las mujeres lideren soluciones de resiliencia climática, agricultura y energía limpia, influyendo en políticas y creando más oportunidades con un impacto duradero.

Este Día Internacional de la Mujer, hacemos un llamado a acelerar la acción. Porque cuando nos movemos juntas, avanzamos más rápido hacia la equidad. Celebremos los logros de las mujeres en todo el mundo que ya están impulsando el cambio: transformando negocios, fortaleciendo sus comunidades y derribando barreras.

Nepal: Equipadas para el éxito

En Nepal, más del 70 % de las mujeres trabajan en la agricultura. Con frecuencia, los hombres migran a las ciudades en busca de empleo, dejando a las mujeres la responsabilidad de alimentar a sus familias. Sin embargo, su falta de educación limita su capacidad para tomar decisiones financieras o asumir roles de liderazgo. Pero con la llegada de herramientas digitales a las zonas rurales, el cambio está echando raíces.

Gracias a iniciativas como la Clase de Alfabetización Financiera Digital Janapriya, voluntarias de la comunidad, capacitadas como Campeonas Digitales, están enseñando a otras mujeres habilidades financieras y digitales, fomentando su independencia económica y mejorando la dinámica familiar.

Amrita Oli, una madre de 27 años de Koiralneta  (Lumbini, Nepal), es una de las beneficiarias del programa que se dedicaba a la agricultura y trabajaba como agente de seguros. Su sesión favorita fue aquella en la que se habló de desafiar el statu quo. Antes, no existía una división equitativa del trabajo doméstico, y las mujeres de su comunidad no podían expresar sus opiniones en sus hogares ni en la comunidad. Después del curso, Amrita pudo dialogar con su esposo y juntos decidieron que, en lugar de depender de su pequeña parcela de tierra, sería mejor que ella comprara y enviara frutas y verduras locales a la tienda de su esposo en Katmandú. Ahora, los beneficios son tangibles: ahorran 25,000 rupias al mes (aproximadamente 286 dólares estadounidenses, casi una vez y media el ingreso básico de 17,300 rupias).

Además, participar en la Clase de Alfabetización Digital Samunnati la inspiró a convertirse en emprendedora y digitalizar su negocio. También enseñó a sus clientes de seguros a realizar pagos digitales, evitando largos viajes.

«Antes, cultivábamos solo para nuestro consumo. Ahora, el cultivo y la venta de hortalizas se han convertido en una fuente de ingresos para mí. Recojo productos de otras personas y los vendo en Katmandú. Con la banca móvil, recibir pagos, incluso desde la capital, nunca ha sido tan fácil. Puedo verificar los precios de las verduras en internet, pagar mis facturas de electricidad digitalmente y realizar transacciones en línea», cuenta Amrita. Para Amrita, la educación financiera digital ha fortalecido la cooperación familiar y mejorado las relaciones de género. También ha visto cambios en otras mujeres de su comunidad: «Ahora, las mujeres saben que deben avanzar y que tienen derechos».

Bolivia: Liderando el cambio y protegiendo su tierra

En el corazón de la región de Madidi, en Bolivia, un punto clave de biodiversidad, las mujeres indígenas están liderando el camino hacia el desarrollo sostenible. Frente a las amenazas climáticas y la presión sobre sus tierras ancestrales, estas mujeres protegen su entorno y su herencia mientras crean alternativas económicas innovadoras para sus comunidades.

«La mayoría de los emprendimientos en el territorio Tacana están liderados por mujeres», explica Yolanda Frías de Practical Action. «Están encontrando maneras de generar ingresos mientras mejoran sus vidas y su entorno».

Este trabajo es profundamente personal para Roxana Añez, líder del emprendimiento Achilata. «Antes, cultivábamos o pescábamos solo para sobrevivir. No teníamos otras opciones. Pero ahora tengo un sueño: ver nuestros productos llegar más allá de nuestra región, al mundo entero».

Ese sueño ha tomado forma con la Ruta de Mujeres Tacana, conformada por cuatro negocios liderados por mujeres que combinan tradición e innovación. Estas iniciativas no solo generan ingresos, sino que representan un modo de vida sostenible basado en la comunidad y el respeto por la tierra. Tumi se especializa en jabones artesanales y aceites elaborados a partir de plantas medicinales. Mura Vita Vita produce una pasta de cacao rica utilizando métodos tradicionales. Achilata, la empresa de Roxana, transforma plátanos en harina nutritiva, mientras que Delmy crea joyería y artesanías a partir de semillas del bosque.

Gracias a su labor, 136 mujeres Tacana protegen 4,000 hectáreas de bosque, redefiniendo el significado del desarrollo sostenible. Además, su esfuerzo ha sido reconocido a nivel mundial: la Ruta de Mujeres Tacana ha recibido el premio a la mejor historia en la categoría de Comunidades Prósperas de la Fundación Green Destination. Pero para las mujeres involucradas, esto va más allá de los premios: «No solo estamos preservando nuestra tierra», dice Roxana. «Estamos construyendo un futuro donde nuestros hijos puedan prosperar. Este trabajo nos da orgullo, propósito y una voz en las decisiones que afectan nuestras vidas».

Kenia: Revitalizando la agricultura

Hace algunos años en Kenia, Anastanciah Nyangaresi veía la agricultura como un medio de supervivencia más que como un negocio viable. Sus costos eran elevados en la media hectárea de tierra de su familia. Dependía de pesticidas químicos y métodos de cultivo convencionales para producir repollo. A pesar de utilizar el fertilizante producido por las moscas soldado negras que criaba, sus ingresos mensuales estaban limitados a 10,000 chelines kenianos (aproximadamente 77 dólares estadounidenses). Además, no tenía forma de vender sus productos más allá de su aldea local.

En diciembre de 2023, se unió al proyecto RAY (Agricultura Resiliente para Jóvenes) y su transformación comenzó. Gracias a la capacitación en agricultura regenerativa, desarrollo empresarial y educación financiera, Anastanciah cambió por completo su enfoque agrícola.

«RAY no solo ha cambiado mi vida, sino que me ha brindado una plataforma para empoderar a otros y construir un futuro mejor para todos (…) La agricultura era solo una forma de alimentar a mi familia. Nunca imaginé que podría convertirse en un negocio que me empoderara a mí y a otros en mi comunidad», reflexiona.

Al adoptar técnicas regenerativas, pasó de un enfoque basado en químicos a una agricultura orgánica sostenible. Anastanciah dominó el cultivo de Azolla (una planta acuática rica en proteínas que se puede usar como alimento para animales), el compostaje y la elaboración de pesticidas orgánicos a base de la planta tithonia, pimientos y aloe vera. Estas innovaciones redujeron sus costos de producción y aumentaron su rendimiento.

«Hacer el cambio a métodos orgánicos ha sido un cambio radical. Gasto menos y produzco más. Además, mi finca ahora es un modelo de prácticas sostenibles en mi comunidad», dice con orgullo.

Sus esfuerzos inspiraron a la comunidad local a apoyar su cultivo de mosca soldado negra. Vecinos y otros agricultores del proyecto comenzaron a recolectar y entregar materiales de desecho, garantizando un suministro constante de larvas.

Con sus habilidades mejoradas, Anastanciah diversificó sus actividades agrícolas. Amplió sus cultivos para incluir tomates orgánicos y cebollines, practicando la rotación de cultivos para mantener la salud del suelo. Gracias a los vínculos con nuevos mercados facilitados por el proyecto, logró asegurar contratos de suministro con escuelas e instituciones locales. Esta diversificación triplicó sus ingresos mensuales.

Anastanciah no se detuvo ahí: expandió su negocio agrícola hacia la avicultura. Su emprendimiento avícola ahora genera 10,000 chelines kenianos adicionales al mes, y también gana 1,000 chelines kenianos por kilogramo vendiendo cultivos de Azolla a otros jóvenes agricultores locales.

“La diversificación me ha dado estabilidad y ha abierto oportunidades que nunca imaginé. No se trata solo de lo que puedo hacer, sino de cómo puedo ayudar a otros a tener éxito también”, comparte.

Reconociendo su experiencia y dedicación, Anastanciah fue recientemente seleccionada como mentora en el proyecto RAY. Ahora asesora a ocho jóvenes agricultores (cinco mujeres y tres hombres) en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, el fortalecimiento de sus habilidades empresariales, el acceso a mercados más amplios y la promoción de la igualdad de género.

Pero su impacto va más allá de su comunidad inmediata: se ha convertido en una apasionada defensora del empoderamiento de mujeres y jóvenes en la agricultura, representando a emprendedores agrícolas en una reunión de actores clave a nivel distrital en Nyamira en octubre de 2024.

El camino a seguir

Las historias de Amrita, Anastanciah, Roxana y muchas otras mujeres en el mundo nos recuerdan el poder transformador del empoderamiento y las oportunidades. Sin embargo, para acelerar el progreso, el cambio sistémico es fundamental.

Invertir en programas como las clases de alfabetización digital en Nepal equipa a las mujeres con habilidades para prosperar en la economía moderna. Garantizar el acceso de las mujeres a la tierra, el crédito y los mercados es clave para su independencia económica. Apoyar iniciativas como la Ruta de las Mujeres Tacana demuestra cómo los negocios liderados por mujeres pueden impulsar la sostenibilidad ambiental y financiera. Y esto es solo el comienzo: queda mucho por hacer.

En este Día Internacional de la Mujer, comprometámonos a tomar acciones concretas. Apoyemos a organizaciones que defienden los derechos de las mujeres, promovamos políticas de igualdad y compartamos estas historias para inspirar a otros.

Juntos, podemos crear un mundo libre de prejuicios, estereotipos y discriminación; un mundo diverso, equitativo e inclusivo donde las diferencias sean valoradas y celebradas.

Unámonos para #AcelerarLaAcción por la igualdad de género, no solo hoy, sino para las generaciones futuras.