Voces resilientes: el idioma como pilar en la gestión del riesgo indígena
Los idiomas son parte esencial de la cultura y de la conformación de grupos, pueblos y naciones; nos permiten nombrar el mundo, conocerlo y reconocerlo desde el entendimiento, la memoria y la experiencia colectiva. El idioma atraviesa la historia, la cultura, el contexto sociopolítico y ambiental y sus transformaciones en el tiempo. En este sentido, el idioma es un pilar en la gestión del riesgo indígena.

En el marco del proyecto Inclusión Indígena para la toma de decisiones informada en gestión de riesgos, financiado por Lloyd’s Register Foundation, CLEAR Global y Practical Action realizamos un análisis sociolingüístico junto a mujeres y hombres de las naciones indígenas aymara y tacana de Bolivia para identificar cómo entienden y expresan diferentes conceptos relacionados con la gestión del riesgo desde su experiencia y representaciones.
Las comunidades indígenas de América Latina y el Caribe se encuentran entre las más vulnerables frente a los desastres relacionados con el clima, pero siguen estando en gran medida excluidas de los procesos formales de toma de decisiones. Alrededor del 40% de la población rural de la región es indígena, pero su participación a menudo no tiene lugar en los procesos de recopilación de datos. Su conocimiento tradicional, formado a lo largo de generaciones de experiencia directa con sus entornos, se pasa por alto con frecuencia y no se utiliza para informar las políticas y planes posteriores. Esta exclusión no sólo margina aún más a estos grupos, sino que también debilita las estrategias de preparación ante desastres al ignorar conocimientos valiosos basados en el territorio.
A esto se suma la falta de información accesible y la ausencia de capacitación. Los sistemas de alerta temprana y la orientación relacionada con desastres suelen ser demasiado técnicos o no están disponibles en lenguas locales, lo que deja a muchas personas sin preparación en momentos de crisis. Sin una formación adecuada sobre cómo interpretar y actuar frente a las alertas, y sin integrar el conocimiento local en los sistemas oficiales, las poblaciones indígenas continúan enfrentando riesgos desproporcionados ante fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático.
“Queremos entender mejor las necesidades y el uso de las lenguas originarias en contextos de gestión de riesgos, como son las emisiones de alertas, boletines de riesgos, y otra información del área”, nos explica Leon Lizon (Practical Action).
Aclarando el sentido de los conceptos

Durante la preparación de los talleres, CLEAR Global y Practical Action identificamos algunos conceptos referidos a la gestión del riesgo de desastres que son comúnmente utilizados en espacios técnicos a nivel internacional, nacional y local.
Nimepishihue, en tacana, asxartawi, en aymara, o vulnerabilidad, en español, fue uno de los conceptos traducidos por expertos para su validación por representantes de ambas naciones indígenas.
Representantes aymaras y tacanas en las comunidades de Corpa (Jesús de Machaca) y Tumupasa (San Buenaventura) participaron en la consulta de cerca de 50 términos relacionados con la gestión del riesgo. Emplearon metodologías participativas con el apoyo de intérpretes aymaras y tacana para facilitar un diálogo fluido y poder entender y analizar el uso y utilidad de esas palabras en su idioma, o finalmente adecuarlas para una mejor comprensión y cercanía a su realidad.
“Hemos organizado estos talleres en para comprender mejor el papel que el idioma y la comunicación juegan en los sistemas y prácticas de alerta temprana en las comunidades afectadas por desastres, que a menudo son provocados por el cambio climático.” Ingrid Gercama (consultora de CLEAR Global).
Como parte del proyecto, se desarrollaron diversas actividades, como entrevistas con distintos actores, grupos de discusión diferenciados por edad y género. Una de las finalidades del proyecto fue crear un glosario de términos relacionados con desastres. Para garantizar que las traducciones fueran claras y comprensibles, miembros de la comunidad probaron y discutieron los términos, además de contar con la opinión de expertos en las lenguas locales.
El glosario incluye alrededor de 50 términos clave sobre desastres y usa como fuentes la ley boliviana, una encuesta internacional sobre riesgos y otros materiales de referencia. Estos términos fueron traducidos del español e inglés al aymara y tacana, junto con sus definiciones.
La necesidad de acelerar acciones de equidad de género e inclusión social

“Durante el trabajo de análisis sociolingüístico se pudo observar las necesidades en materia de gestión de riesgo de las comunidades y su elevada vulnerabilidad”, comenta Leon Lizon.
La brecha de información meteorológica para la adaptación al cambio climático y la preparación ante eventos adversos es más amplia para las poblaciones indígenas. Las alertas emitidas por las entidades nacionales, llegan escasamente a estas comunidades y cuando sucede, se diluye entre los grupos con mejores condiciones de acceso a esta valiosa información. Los indicadores naturales son todavía una opción basados en sus prácticas agrícolas y en su cultura; pero estos ya no son confiables por el constante cambio del clima.
Los bioindicadores (señales de la naturaleza como el comportamiento animal y los cambios en la vegetación) han servido tradicionalmente a los agricultores de estas comunidades para predecir el clima y planificar sus cultivos. Sin embargo, están volviéndose menos fiables debido a la falta de previsibilidad que trae el cambio climático.
Los patrones climáticos erráticos están alterando estas señales tradicionales, como los pájaros que construyen nidos a alturas inusuales o el zorro andino que ya no aúlla cuando se espera lluvia. Los agricultores que dependen de estos indicadores a veces han tomado decisiones con respecto a los tiempos de siembra que han resultado equivocadas, con las consecuentes pérdidas en las cosechas.

Si bien estos bioindicadores siguen teniendo valor cultural y práctico, los científicos enfatizan que es necesario complementarlos con datos empíricos que confirmen su precisión. Los expertos sugieren combinar el conocimiento tradicional con datos meteorológicos modernos para desarrollar estrategias más efectivas de reducción del riesgo de desastres.
La comprensión del riesgo es uno de los pilares de la gestión del riesgo y de los sistemas de alerta temprana. Durante el desarrollo de los talleres, los participantes demostraron su conocimiento y experiencia sobre las amenazas y vulnerabilidades, así como sus prácticas para la información y reducción del riesgo en sus comunidades. Algunas de estas prácticas se centran en sistemas de alerta basados en indicadores naturales, prácticas agrícolas para proteger cultivos, una organización comunal tradicional y la denominación de estos conceptos.
“Fue realmente interesante aprender de los líderes de la comunidad cómo predicen los fenómenos meteorológicos extremos utilizando bioindicadores que surgen del conocimiento tradicional aymara. Asegurar que este conocimiento sobreviva y se transmita de generación en generación es muy crítico, particularmente porque gran parte de la información oficial sobre los fenómenos climáticos no llega a la comunidad,” señala Ingrid Gercama.
También se evidenciaron brechas importantes a la hora de gestionar el riesgo, acceder a información climática y alertas, así como al entendimiento de los términos asociados. Nuestro equipo percibió que estas brechas son aún más pronunciadas en mujeres adultas y mayores; esto podría deberse al nivel de escolaridad, el acceso a información sobre gestión del riesgo, la priorización práctica de otras actividades, el acceso y comprensión de alertas, comunicaciones, etc.
La base del trabajo en prevención del riesgo está basada en el acceso a la información. Si las rutas de comunicación se optimizan y se diseñan con un enfoque inclusivo, es posible enfrentar las diferentes amenazas de manera más eficiente.
“Es importante que el material de comunicación sobre los sistemas de alerta temprana esté en un idioma que la gente entienda. Por ejemplo, en Corpa sería en aymara y español. Los jóvenes hablan más a menudo español, por lo que existe la necesidad de información en ambos idiomas. Además, que los grupos de radio y WhatsApp tienen un potencial real para ser utilizados para la alerta temprana centrada en la comunidad” comenta Ingrid.
“Lo que queremos es que las comunidades puedan articularse a la ley nacional y puedan en algún momento ser parte de la toma de decisiones desde sus propias vivencias y su propia cultura”, asegura Diego Chirinos (Practical Action).
¿Qué hemos aprendido de estas comunidades?

Hemos aprendido que el idioma es mucho más que una herramienta de comunicación. El idioma es un pilar en la gestión inclusiva y efectiva de riesgos en comunidades indígenas. Es esencial que las iniciativas orientadas a crear sistemas eficientes de gestión de riesgo tengan en cuenta la diversidad lingüística de las comunidades donde han de implementarse, así como la participación activa de dichas comunidades. Por lo tanto, no basta con traducir. Se debe adaptar el lenguaje y la comunicación a las características y necesidades de cada grupo; idealmente considerando los diferentes rangos de edad, género, capacidad económica y acceso a la tecnología. En zonas aisladas, donde la conectividad es limitada, la radio comunitaria se vuelve esencial.
Para tacanas y aymaras, la lengua se emplea de manera predominantemente oral. Es importante emplear formatos audiovisuales para poder llegar efectivamente a estas poblaciones y potenciar la educación como un espacio de construcción para la gestión del riesgo.
Además, debemos involucrar a líderes jóvenes de todo género para garantizar la continuidad de las prácticas tradicionales de gestión de riesgos en conjunto con sistemas modernos de alerta y comunicación.
Para que las comunidades indígenas puedan tomar decisiones informadas, necesitan fortalecer sus conocimientos sobre gestión de riesgos. Y para que los conceptos y términos técnicos de funcionarios y agencias nacionales sean comprendidos, es crucial establecer alianzas con institutos de lengua y cultura, así como trabajar en conjunto con actores nacionales como el Viceministerio de Defensa Civil y la Plataforma De Naciones Y Pueblos Indígenas Originarios Campesinas de Lucha Contra el Cambio Climático
Aún es un reto, pero debemos acelerar las acciones que permitan construir comunidades, pueblos y naciones más resilientes y preparadas para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Por: Mónica Cuba (Practical Action), Clara Sanchiz (CLEAR Global)
Colaborador: José Durán (Practical Action)





