Familias construyendo comunidades resilientes: Jorge Vilca

Jorge Vilca Amiqui, de 46 años, padre nueve hijos, vivía en comunidad Villa Alcira ubicada en el municipio San Buenaventura del departamento de La Paz hasta 2017. 

Según datos oficiales proporcionados por el Sistema Nacional Integrado de Información para la Gestión de Riesgos (abril de 2014), las fuertes lluvias acaecidas entre diciembre de 2013 a marzo de 2014 afectaron a 95 municipios de Bolivia; San Buenaventura fue uno de ellos, en cuyas comunidades las capacidades locales no abastecieron para hacer frente a las emergencias por las inundaciones.

La familia de Jorge perdió gran parte de sus cultivos, los cuales se encontraban dispersos en las playas del río Beni hasta sus chacos en el interior de la comunidad. El diluvio, como bautizaron a esta inundación, duró 40 días y 40 noches, por lo cual no fue difícil que el agua encontrara el corazón de la comunidad, y por tanto, destruyera las plantaciones de frutas, granos, tubérculos, base de la alimentación de esta población indígena perteneciente a la Tierra Comunitaria de Origen Tacana.

La cultura productiva de las comunidades ribereñas, según señala Jorge, obliga a las personas a sembrar arroz, yuca y plátano en lugares de poca altura para asegurar la calidad de los frutos. “Cuando sembramos yuca, el plátano, el arroz, todo friega con las inundaciones. Mayormente no podemos producir esos productos en la altura porque no se dan bien, y ahí es donde tenemos que buscar sitios más bajos y ahí es donde pasa el agua”.

Con el apoyo de Practical Action (Soluciones Prácticas), las prácticas actuales de esta comunidad se enfocan, un poco más, a la protección de medios de vida con cultivos de ciclo corto, es decir arroz, maní, frejol, utilizando los suelos de las playas, aún en recuperación, y proveyéndose de alimentos y semillas (para almacenar y re-sembrar); mientras que sus frutales, yuca, plantas medicinales; Esta comunidad se reubicó a mayor altitud para evitar o mitigar los efectos de las lluvias que llegan de la mano del Fenómeno del Niño o de la Niña y que al inundar, anegan, dañan, provocan pérdidas para esta y otras poblaciones que viven en las orillas del hermoso río Beni.

“La agricultura es la fuente de ingresos del lugar, y aunque no es mucha la ganancia, no podemos confiarnos en sembrar tanto en el bajío, por eso estamos sembrando más plantas en la altura. Además, ya no confío vivir en la bajura y ya ha hecho mi casa en la altura”, señaló el agricultor, que además fueparte del grupo de  beneficiarios del vivero comunal multipropósito donde se  tienen plantines de árboles frutales, algunos maderables y plantas con propiedades medicinales o curativas para la disponibilidad de las mismas en los patios familiares.

Además, Jorge y su familia, se favorecieron con los paneles fotovoltaicos que conectados a una batería de litio alumbran su casa con 4 focos evitando el uso de gasolina para el motor eléctrico que le representaba US$ 50 por mes haciendo uso restringido de la misma. “Hemos dejado de lado el mechero. Ya está en el basurero”, afirmaba mientras reía. Jorge y su familia ya no esperaban a la luz del sol para realizar sus actividades: si no las concluían de día podían terminarlas de noche.

Hasta el 2016, Practical Action (Soluciones Prácticas) implementó tres proyectos en la comunidad de Villa Alcira: Resiliencia en las cuencas de los ríos Beni y Mamoré, Evaluación Participativa de Vulnerabilidades y Capacidades; y Comunidades resilientes y prósperas, los tres trabajaron con enfoques complementarios que tienen base en la resiliencia comunitaria y que incluyeron la protección de los medios de vida, la planificación comunal para la gestión de riesgos  y el uso de tecnologías de energía alternativa para la resiliencia y bienestar en temas de alumbramiento y acceso a agua. 

Por:​ José Guzmán, ​Mónica Cuba