José María Seminario
Seguridad hacia su gente
l centro poblado La Encantada, ubicado en el distrito de Chulucanas, provincia de Morropón, en la región Piura, es conocido por ser una de las comunidades emblemáticas que elabora la famosa cerámica de Chulucanas. Los casi seis mil habitantes del lugar se dedican, en su inmensa mayoría, a la artesanía, y el resto es agricultor. Por eso cuando José María Seminario, alcalde del centro poblado, nos habla de su tierra, la define como “un lugar de ceramistas”.
Pero La Encantada, centro poblado que cuenta con 90 años de creación política, no solo destaca por su arte. También es uno de los tantos pueblos del Perú que vive en constante riesgo de inundación. José María Seminario nos relata que sufrieron mucho con los impactos del Niño Costero, que azotó el norte del país el verano del 2017, provocando intensas lluvias en la costa peruana de enero a marzo. Se sabe que estas lluvias fueron las más fuertes en los últimos veinte años, con más de 1.6 millones de personas y 380 000 viviendas afectadas.
“Claro que nos afectó”, nos dice José María Seminario. “Pero nos pudo ir peor”. Muchos hogares perdieron por completo sus casas en La Encantada, y casi la totalidad de la población se vio perjudicada. La Encantada forma parte de los beneficiarios del proyecto Aliados ante Inundaciones: Gestión de riesgos y resiliencia ante inundaciones en Piura y Lima, implementado por Soluciones Prácticas como parte del programa global de resiliencia frente a inundaciones del Grupo Zurich. Este proyecto tiene como objetivo reducir la vulnerabilidad a las inundaciones en las cuencas del Rímac y Piura a través de una mayor integración de los actores para la gestión de las inundaciones, enfoques innovadores basados en la ciencia, y el fortalecimiento de las capacidades de las instituciones.
Al momento en que ocurrieron las más drásticas inundaciones, la gente en La Encantada ya venía trabajando con el proyecto en aspectos de gestión de riesgo. Uno de los propósitos de Soluciones Prácticas es mejorar la eficacia de las políticas de reducción de riesgos de desastre y la influencia en los tomadores de decisión. Y en esa faceta fue clave José María, desde su posición de alcalde.
El proyecto buscaba el fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana en las dos cuencas. Y para ello se creó una plataforma de defensa civil, en la que estuvo involucrado José María. “Unos 22 jóvenes se sumaron a la misión de poner en práctica este sistema, que definitivamente nos ayudó y nos ayudará”.
José María nos cuenta que este equipo formado por jóvenes ya sabe “cómo actuar incluso antes de que empiece el desastre. Hemos creado junto al proyecto el Sistema de Alerta Temprana (SAT). Este consta de una emisora que tenemos, una especie de alarma que se activa en caso de riesgo. Y hemos identificado dos puntos en el río, que cuando el agua crece hasta un determinado nivel, se difunde la señal y se activa la alarma. Si eso sucede, la población ya sabe qué hacer: evacuar hacia las zonas seguras”.
Con el apoyo del proyecto, José María y su equipo han definido sus zonas de evacuación. “La zona más segura que hemos identificado está pasando el cementerio”, nos dice el alcalde. “Nosotros estamos preparados, y en caso se active el sistema de alerta temprana, este grupo de jóvenes y nosotros hacemos una vigilancia por todas las zonas aledañas al río. Y nos organizamos en brigadas que colaboren en la evacuación de las personas hacia zonas seguras”.
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