Jóvenes involucrados en la medición de la resiliencia de las comunidades ante inundaciones en Bolivia
Trabajar con un enfoque de juventudes, reconociendo su experiencia, conocimiento, proactividad y compromiso con sus comunidades fue una oportunidad que aprovechamos tanto el equipo del Programa para la resiliencia ante inundaciones en Bolivia, como jóvenes profesionales, emprendedores, recién egresados cercanos a las áreas de intervención de este programa.
La Medición de la resiliencia de las comunidades ante inundaciones (FRMC por sus siglas en inglés) es una herramienta, que como bien menciona Rut Cartagena, “facilita la medición de la resiliencia ante inundaciones que sufre cada comunidad rural o periurbana” y cuyos resultados se utilizan para informar para la toma de decisiones y poder definir intervenciones que fortalezcan la resiliencia ante las inundaciones.
La FRMC fue desarrollada por la Alianza para la resiliencia ante inundaciones consta de:
- El marco de medición y materiales asociados con la resiliencia
- Una herramienta de software híbrida en línea y basada en aplicaciones móviles (que no requieren una conexión constante a la red de Internet), y
- Los datos que se generan a partir de la medición.
Para conocer más sobre la FRMC, ingresa a este sitio web.
Rut, junto a otras 15 personas, participó como parte del equipo de campo (field workers) para la recolección de datos. Este equipo aplicó la herramienta de software para aplicación móvil utilizando como métodos las encuestas, entrevistas semi estructuradas y grupos focales en Rurrenabaque (Beni) y San Buenaventura (La Paz) un contexto amazónico afectado por inundaciones lentas; y por otro lado, en Mecapaca, municipio paceño, afectado por inundaciones rápidas o “riadas”
A través de su voz, y la de otros y otras jóvenes, queremos resaltar la participación de esta población en procesos de fortalecimiento de capacidades, generación de experiencia y contribución a la recolección de datos para medir la resiliencia en 13 comunidades de estos 3 municipios en Bolivia.
Leon Lizón, responsable del Programa en Bolivia, resaltó que este grupo de actores fue seleccionado bajo criterios sugeridos por la Alianza como el de contar con personal del lugar, que facilite el uso del lenguaje y conozca el contexto cultural. Así mismo, resaltó que su aporte es evidente y su adaptación a la tecnología es muy fácil porqueacostumbrados/as al uso de internet, aplicaciones y manejo de información digital.
Relación innata entre jóvenes y tecnología
Como parte del equipo de campo los y las jóvenes tuvieron como principal responsabilidad la interacción con las personas, agrupadas en hogares dentro de una comunidad, así como con otros actores clave fuera de ella y recolectar la información a partir del aplicativo de la FRMC diseñado para teléfonos inteligentes o tablets.
La comprensión y uso de la FRMC fueron innatos para esta generación. Alisson Morales (socióloga), como el resto de quienes facilitaron el levantamiento de información, encontró que la aplicación es de fácil apropiación para las juventudes; esto relacionado con la cercanía de estas generaciones con la tecnología y su casi intuitivo uso.
“Recibí capacitación previa y material de apoyo sobre la app. Para nosotros ha sido cómodo poder recolectar la información directamente en el celular, no se requiere estar conectados a internet, no se pierde la información recolectada” (Ramisunku Laruta).
Para Ramisunku la aplicación de la FRMC es sencillas y no representó un mayor desafío; así también sucedió con otras personas del equipo: “la aplicación es fácil de usar, no hubo un desafío grande de poder llenar la información solicitada” señaló Alisson.
La joven socióloga siente que “para quienes no tuvieron una experiencia previa con la tecnología [como este grupo de jóvenes u otros con menor acceso a tecnologías], también sería fácil porque el interfaz ya te dice qué se necesita llenar y lo demás es casi intuitivo”. Siente que no solo las personas jóvenes deben capacitarse o actualizarse en el uso de este tipo de herramientas; además, reconoció la innovación de la FRMC y resaltó lo emergente de este tipo de tecnología.
Hugo Arteaga, joven líder de la plataforma Jóvenes en Acción y parte del equipo de campo señaló lo siguiente: “Hoy en día las personas jóvenes tienen mayor facilidad de utilizar herramientas digitales y llegar a todas las comunidades. Nosotros también podemos apoyar a mejorar las prácticas de atención y resiliencia en las comunidades, comenzando por el manejo de la aplicación y recolección de datos”.
“Siento que es importante que los jóvenes implementemos y lideremos estas herramientas. Toda esta gama de aplicaciones y software que está saliendo, tanto para el área social como para otras áreas, nos están facilitando el trabajo de campo de gran manera” mencionó Alisson.
El bajar la información a las comunidades
El equipo fue capacitado tanto en el uso del aplicativo como en los conceptos centrales de la medición de la resiliencia. Pese a esto, sintieron como uno de los principales retos,el tener que adecuar las preguntas sin perder su objetivo, ni la riqueza de información que pudieran recolectar de las respuestas.
“El llenado es instantáneo, en lo que más se tarda es en formular e interpretar las preguntas, contextualizarlas al entorno, por lo cual se requiere un conocimiento previo del lugar, sus medios de vida, sistemas económicos, organización social y otros” apuntó Alisson.
Ramisunku señaló que se debe pensar en la “traducción” al contexto cultural y entendimiento de las personas encuestadas (y no solo al idioma local); esto está cercanamente relaciones con la preparación de quienes facilitan el proceso para poder explicar el alcance y contextualización de las preguntas dentro de la realidad de las personas.
El contar con personas que conozcan el área geográfica, el contexto cultural y que también sean Aymara parlantes facilitó este trabajo y comunicación en las zonas.Especialmente con mujeres de Mecapaca que se sienten más cómodas y seguras hablando en su lengua madre, dentro de estructuras todavía condicionadas por los roles y oportunidades basadas en género.
“Tratar de hacer entender los conceptos fue lo más difícil que nos tocó hacer” mencionó Hugo. Señaló también que, como jóvenes, él sintió que para ellos tampoco fue fácil, solo que tenían más recursos como las capacitaciones y las consultas en Internet.
Rut, Lic. experta en turismo comunitario, sugirió que el diseño del cuestionario incluya un lenguaje más sencillo que esté “más acorde a lo que las comunidades entienden, con palabras sencillas para que puedan entender; reducir de alguna forma la extensión de las preguntas y sus opciones”. Aun así, reconoció que los conocimientos y entendimiento previo de las zonas, les ha ayudado a superar esta dificultad.
Para esta mujer tacana, una de las principales desventajas fue la distancia con las comunidades; pero una vez que llegaba, sentía la bienvenida de las personas que rápidamente la reconocían o asociaban con su papá, o con los Jóvenes en acción.
Cartagena es un apellido que la precede en el territorio indígena tacana (gracias al servicio que brindó su padre, durante toda su vida, basado en los saberes ancestrales de las comunidades). Rut también participa en la plataforma de Jóvenes en acción que esmuy querida por las poblaciones de Rurrenabaque y San Buenaventura.
En todos los casos, ser una persona reconocida y con legitimidad, facilitó la recolección de información.
La otra cara de esta herramienta: el aporte a las y los jóvenes
En una sociedad todavía adulto centrista, donde se desmerece el trabajo, experiencia, perspectiva de las juventudes, el Programa para la resiliencia ante las inundaciones priorizó el trabajo/oportunidad con jóvenes bajo una perspectiva multidisciplinar que complemento las diferentes experiencias y niveles de formación, así como su cercanía y entendimiento de los contextos.
“Algunas comunidades son resilientes, pero son repetitivos con acciones que los vuelven vulnerables. Por ejemplo, algunas comunidades se siguen asentando en lugares que saben que se van a inundar, pero por temas productivos siguen ahí. Por otro lado, me sorprende la capacidad de las personas para volver a hacer sus chacos, después de haberlos perdido, al final es su fuente de alimentos”, Hugo compartió sobre su percepción sobre la resiliencia de las comunidades, luego de haber completado más de 70 encuestas en comunidades rurales.
Rut reconoció que no fue consciente, sino hasta las entrevistas, cómo estas comunidades afrontan las inundaciones de manera diferente al centro poblado de Rurrenabaque -donde ella vive hace varios años y que también está sujeta a esta amenaza: “En algunos barrios no se cuenta con agua potable limpia. Ellos siempre me decían que tenían agua potable, pero ahora sé que cuando llegan las inundaciones el agua es sucia y era de las principales demandas».
Para Ramisunku esta primera experiencia con la FRMC fue mucho aporte por la interrelación que ha logrado con las comunidades, base de la profesión que comienza a ejercer.
Alisson resaltó cómo esta herramienta y símiles facilitarían el trabajo de investigación más allá de los objetivos del Programa para la resiliencia ante inundaciones.
Hugo resaltó la oportunidad de tener un trabajo formal dentro de un proyecto global; resaltó la experiencia de trabajar con Practical Action “con una aplicación encuestando a personas, interactuando con ellas, aprendiendo cómo tratar con diferentes personas, eso te fortalece como profesional, porque son herramientas que podrás usar en cualquier trabajo”.
“Desde jóvenes estamos aprendiendo y hemos aprendido no solo a usar la aplicación sino a hacer encuestas, cómo expresarnos frente a las personas. Esto nos ayuda a desenvolvernos de aquí en adelante. Estoy agradecida por la oportunidad que nos ha dado a los jóvenes” comentó Rut.
Por: Mónica Cuba Iriarte, Oficial de comunicaciones, Programa para la resiliencia ante inundaciones en Bolivia