Julio Ochoa y Practical Action

Destinados a encontrarse

La química entre Practical Action y Julio Ochoa fue inmediata. Nos cuenta que dentro de sus funciones como dirigente del asentamiento humano Santa Inés Bajo, ubicado en Chaclacayo, se encontraba en una reunión en la biblioteca del distrito, cuando supo de la presencia de una representante de una ONG de la que se decía que trabajaba en temas de inundación. Julio no perdió la oportunidad de acercarse a conversar. “Me di con la sorpresa de que eran mutuas las ganas de conocernos”, nos cuenta Julio. “’A ti te estaba buscando’, me dijo la señorita Miluska Ordóñez, especialista en gestión de riesgos y adaptación al cambio climático de Practical Action, porque sabía que mi localidad era conocida como un punto crítico en temas de riesgo de desastre. Para mí fue como empezar con el pie derecho una relación que me haría crecer muchísimo como dirigente y como persona”.

Era el año 2015 el equipo de Practical Action ya había empezado las acciones del proyecto Aliados ante Inundaciones, financiado por la Fundación Zúrich, con el objetivo de reducir la vulnerabilidad a las inundaciones en las cuencas del Rímac y Piura. Santa Inés Bajo, el asentamiento humano en el que vive Julio, se convirtió rápidamente en una de las preocupaciones del proyecto. “Es una zona que vive año tras año en situación de vulnerabilidad”, nos dice Julio. “Desde muy joven he visto lo que puede hacer el río Rímac cuando desata su furia”.

Julio tiene 43 años y es fisioterapeuta, pero la labor que más lo define es la lucha por el bienestar de su pueblo. Cuenta que su mayor motivación son sus tres hijos Thiago, Nataly y Julen, de 6, 4 y 3 años de edad. “No quiero dejarles como herencia el hecho de que estén año tras año con la preocupación de que llegue un huayco”. 

El impulso del líder de la comunidad a una gestión de cuencas

Practical Action fue para Julio un respaldo a muchos años de lucha. Fue presidente de la junta vecinal del sector 4, que consta de 16 pueblos que viven en las riberas del río Rímac. “Me hice dirigente porque quería luchar contra las carencias de mi pueblo. Noté que nos faltaban muchas cosas. En el camino me topé con gente que me ayudó, como los amigos de Practical Action, que nos dieron una mano para que nuestra labor se haga más integral, y cada vez involucre a más pueblos”.

Involucrado con el proyecto, Julio ha recibido capacitaciones “para mejorar nuestra respuesta ante eventos/fenómenos naturales, y hemos organizado nuestro el Sistema de Alerta Temprana Comunitario (SAT) que nos permite anticiparnos al desastre. Pero también nos han ayudado con obras en la zona, como la ruta de evacuación mejorando el acceso vehicular, que fue mejorado, y ahora permite que puedan llegar ambulancias o el camión de bomberos. Antes eso no ocurría. Todo lo hemos trabajado en faenas comunales con la colaboración de los vecinos”.

Pero Julio no se quedó solo con las capacitaciones o con la ayuda. Trabajando codo a codo con Miluska Ordóñez y los demás miembros de Practical Action fue descubriendo distintos mecanismos para poder alzar su voz, y la voz de su pueblo, más fuerte. Fue uno de los responsables de la creación de la Red de Líderes Resilientes de la Cuenca del Río Rímac, una organización que agrupa a dirigentes de tres distintos distritos aledaños al río Rímac, en proceso de consolidación. “Esta red nació como en un efecto de cadena. Los primeros pueblos en trabajar en favor de menguar el riesgo de desastres fuimos Paraíso y Santa Inés. Bastó que un pueblo trabaje en búsqueda de mejorar su situación para contagiar a otro. Y luego a otro. Ahora estamos comunicados constantemente, y si ocurre algún desastre, cada dirigente toma las medidas en su pueblo y luego alerta a los demás mediante nuestra red. Eso ayuda mucho”.

Este año Julio y la red de Líderes Resilientes lograron un hito importante para el desarrollo de sus pueblos: la realización del Foro Público “Reconstrucción con cambios y sostenible con participación ciudadana en la cuenca del Río Rímac”. “Logramos invitar a las autoridades competentes, como el ARCC (Autoridad de Reconstrucción con Cambios), el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Agricultura. El evento fue un éxito, y contó con la presencia de dirigentes y vecinos de Chosica, Chaclacayo y Vitarte. Pudimos plantear todo lo que necesitamos para poder tener una mejor calidad de vida, que la merecemos. No podemos estar todos los años solucionando cosas sobre la marcha, sobreviviendo a las inundaciones y los huaycos limpiando apenas los cauces para que después vuelvan a ocurrir. Necesitamos obras sostenibles y que perduren durante años”.

De este foro nació un pronunciamiento en el que la red de líderes dejaba claro algunos pedidos puntuales: “Pedimos que el gobierno central y los gobiernos locales inicien los trabajos de reconstrucción nacional, y que se hagan las evaluaciones de riesgo en la cuenca del río Rímac, a cargo del CENEPRED (Organismo Público ejecutor que conforma el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres). También buscamos que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) delimite las fajas marginales para evitar las invasiones o que la gente ocupe lugares en los que no puede haber viviendas. Y ojo: queremos que todos esos trabajos se hagan involucrando a la población. Que todo sea consensuado con los dirigentes de las localidades y con el pueblo, porque la solución no está en desalojar a la gente de la noche a la mañana. No estamos hablando de pueblos con cuatro o cinco años de existencia. Santa Inés, por ejemplo, tiene 60 años de creación. Y hay personas que tienen toda una vida hecha en la zona”  

Julio concluye destacando la presencia de las mujeres en la red de Líderes Resilientes, “pues a nivel dirigencial son más guerreras que los hombres”. Pero sobre todo considera fundamental el involucramiento de los jóvenes: “Ellos son los que van a continuar con nuestros trabajos en el futuro. Son la continuación de nuestra lucha”. 

Chaclacayo, Perú