Marka Corpa avanza hacia una gestión comunitaria del riesgo con liderazgo

Dos mallkus, Juan Loza y Roberto Gutiérrez, narran cómo las comunidades de la Marka Corpa aprendieron a decidir, coordinar y actuar frente a sequías, heladas y eventos climáticos extremos, consolidando una gestión del riesgo participativa y basada en el conocimiento local.

Roberto Gutiérrez, mallku de la Marka Corpa, participa en la producción de mensajes radiales sobre gestión del riesgo de desastres. Su liderazgo promueve la comunicación comunitaria como herramienta para la prevención y la protección del territorio.

El sol de mediodía brillaba sobre el escenario principal de la Normal Avelino Siñani de Marka Corpa, cuando autoridades comunales y jóvenes se reunieron para recibir sus certificados de capacitación en Gestión del Riesgo de Desastres. Entre los asistentes se encontraba el mallku Juan Loza Quispe, quien participó activamente en los cursos. Mientras el público aplaudía, pensó que era un momento fundamental porque ahora las autoridades originarias podían hablar de alertas tempranas, mapas de riesgo y coordinación con el municipio, temas que antes parecían ajenos a la vida comunal.

A su lado, mallku Roberto Gutierrez observaba el horizonte del Altiplano, donde se viven sequías prolongadas, heladas y variaciones extremas de temperatura que afectan los cultivos, el ganado y sus medios de vida. Aunque no participó directamente en los cursos, su liderazgo fue clave en otro frente: el fortalecimiento de la radio comunitaria Pacha Sarawi, que conecta a las comunidades a través de la palabra y sirve como instrumento esencial del Sistema de Alerta Temprana (SAT).

Juan, de la comunidad Playa Verde, explica que “año tras año, todo hay (cultivos y ganado), pero también, cualquier rato todo se pierde. En eso, tenemos menos productos; a veces ya no llueve o llueve mucho”.

En Challapata, Roberto observa cambios similares: “El vivir es muy diferente a como era antes. Antes no se plantaban duraznos; ahora estamos viendo que ya está dando esos frutales que son del valle. Este cambio climático está causando más calor. Pero tampoco es todo el año: llega la helada y perdemos”. Ambos reconocen que los bioindicadores, las señales naturales que antes guiaban los tiempos agrícolas, ya no responden como antes. “Los bioindicadores se están regionalizando —dice Roberto—. Ya no es como antes. Una señal para un lado es helada para otro no. Un rato puede llover, después también ya sequía nomás”.

Juan Loza Quispe, mallku de Marka Corpa, dirige un mensaje a su comunidad durante la entrega de certificados, en el cierre de cursos en Gestión de Riesgos. Su liderazgo fortalece la organización local y la toma de decisiones colectivas.

Roberto Gutiérrez aprovechó la clausura del curso para resaltar la importancia de los yapu mallkus (autoridad originaria que invoca la dualidad del Chacha-warmi para ser los guardianes de la Madre Tierra, entre sus funciones se encargan de observar los indicadores naturales, para la producción agropecuaria y de utilizar sus conocimientos y prácticas ancestrales para proteger los cultivos). “Para prevenir estos cambios climáticos. Nos han dado incentivos como megáfonos; por ejemplo, si hay emergencia, salir y avisar a la comunidad. También nos han instalado una radio para informar y contacto con el SENAMHI, han fortalecido a nuestros yapu mallkus, a los jóvenes, a la comunidad”, explicó.

Juan fue uno de los mejores estudiantes de las capacitaciones y recibió su certificado, junto con otros jóvenes.  Por eso, él destaca cómo estas acciones fortalecieron la organización local. “Hermano, en primer lugar, agradecer. Cuando llega una institución con ayuda, nos alza más adelante. Falta apoyo harto, aunque sea con un granito de arena. Todos podemos participar, aprender. Desde nosotros (mallkus) hasta los jóvenes”.

Las capacitaciones permitieron mejorar la comunicación entre autoridades y comunarios. Ahora, los jóvenes también participan en la transmisión del conocimiento. “Ya hemos conocido cómo se puede vivir, en qué forma podemos protegernos —dice Juan—. Los mismos jóvenes a sus papás ya explican: así hay que hacerlo”.

Roberto, autoridad originaria, impulsa acciones de liderazgo y coordinación en gestión del riesgo y resiliencia climática.

Gracias al compromiso de Roberto, la radio se fortaleció como una herramienta para la prevención, la comunicación de alertas tempranas y la educación ambiental, con apoyo de actores como Instituto de Lengua y Cultura Nacional Aymara (ILCNA) y en coordinación con la radio San Gabriel.

A través de mensajes radiales en aymara y castellano, las comunidades pueden recibir información sobre el clima, prácticas agrícolas seguras y recomendaciones ante emergencias. Este proceso no solo fortaleció el SAT local, sino también la identidad y la autonomía comunicacional del territorio.

Ambos líderes ejercen su autoridad dentro de un sistema rotativo de representación.
Roberto explica: que “el 31 de diciembre, víspera de año nuevo, nosotros como autoridades, padres y madres, hacemos cambio de “papá y mamá” de las comunidades. Podemos decir que son como nuestros hijos todos los comunarios. El 31 y el 1 otras autoridades toman la gestión y creemos que todos deben participar”.

Juan, por su parte, subraya el compromiso comunal que se ha fortalecido con la participación de todos los actores. “Ayer nomás hemos empezado a trabajar aquí, en estos machones (para una construcción común de reuniones). Así también hemos trabajado en las capacitaciones. Ahora estamos también en esta actividad (cierre de cursos). Es importante compartirlo con la comunidad. Hay que avisarnos qué está pasando, pedir ayuda al municipio. Así hay que ir”, señala.

Durante emergencias, ambos mallkus se coordinan con las comunidades y el municipio. Estas acciones reflejan un liderazgo comunitario que integra decisiones colectivas, coordinación institucional y transmisión de saberes locales. “Todo tiene su significado. Nosotros estamos poniendo el color que nos está distinguiendo. La indumentaria es única: lluch’u, poncho, aguayo, zodiaco, chalina, bastón de mando”, cuenta Roberto. “Ahora vamos a pasar (el mando) a otros después. Y así vamos participando como estos talleres. Algunos van aprenden. Otros van a otro lado. Después, nos ponemos de acuerdo las comitivas. Así nomás nos vamos organizando”, complementa Juan.

Durante una entrevista, Juan Loza Quispe, autoridad de la Marka Corpa, destaca el valor de la organización comunal y la coordinación con instituciones para fortalecer la gestión del riesgo en su territorio.

De sus experiencias, Juan resalta: “Agradezco porque ya hemos conocido cómo se puede vivir y en qué forma podemos protegernos.” Roberto enfatiza la continuidad cultural: “Jóvenes, tomar mucho en cuenta que debemos recuperar nuestra cultura ancestral, nuestra cultura de la prevención. No podemos hacer perder nuestra cultura.”

Ambos coinciden en que las nuevas herramientas de información y comunicación, como los megáfonos y la radio, complementan la sabiduría de los abuelos, fortaleciendo la respuesta ante riesgos climáticos.

Los mallkus muestran que la autoridad tradicional sigue siendo un pilar de la organización comunitaria, ahora con un enfoque más consciente sobre la prevención y la comunicación del riesgo de desastres.

“Así estamos acostumbrados ya a seguir aprendiendo—dice Juan—. Por eso, hay que avisarnos, compartir, pedir ayuda. En la hora de comer igual ya estamos hablando, participando de esto (gestión de riesgos)”.

“Debemos recuperar nuestra cultura de la prevención —afirma Roberto—. Es parte de nuestra identidad y nuestra forma de protegernos.”

Su liderazgo refuerza la importancia de unir la práctica ancestral con el conocimiento y gestión del riesgo normada a nivel nacional, impulsada desde la organización originaria en la Marka Corpa.