Rosa Piscoya
La lidereza
Rosa Piscoya es una mujer coraje. Toda su vida ha trabajado para sacar adelante a sus dos hijas, que van a la universidad en búsqueda de un futuro mejor que el suyo. Es chatarrera, guardiana de un colegio, lava y hace limpieza para distintas personas, y desde hace un tiempo es una pieza fundamental en las intervenciones del proyecto Aliados ante inundaciones: Gestión de riesgos y resiliencia ante inundaciones en Piura y Lima, ejecutado por Practical Action como parte del programa global de resiliencia frente a inundaciones del Grupo Zurich.
Rosa vive en el asentamiento humano Cuatro de Mayo, ubicado en el distrito de Castilla, en Piura, específicamente en la Calle 3 Los Jazmines. Ese lugar, como muchos otros en el Perú, vive en constante riesgo de inundación por su cercanía al río. Pese a tener muchos años en la zona, Rosa no era consciente de su crítica situación hasta la llegada de Practical Action a Cuatro de Mayo. “Pensábamos que las lluvias no iban a ser tan fuertes”, señala Rosa, “y que en caso se hagan fuertes, no pasaba nada”.
El proyecto Aliados ante inundaciones lleva cuatro años de intervención en zonas vulnerables y propensas a los impactos del Fenómeno El Niño. Y la primera acción que realizaron fue hablarle a Rosa y al resto de beneficiarios sobre su situación de vulnerabilidad. Su riesgo constante al tener una vivienda muy cerca al río. “Ya nos habían dicho que debíamos salir, que en ese lugar no podíamos vivir, pero no hicimos caso. ¿Dónde nos íbamos a ir?”, nos dice Rosa con resignación.
Cuando ocurrió el Fenómeno El Niño Costero, que de enero a marzo del 2017 provocó las más impactantes lluvias en los últimos veinte años en el país, perjudicando a 1.6 millones de personas y afectando a 380 mil viviendas, Rosa supo que estaba en verdaderos problemas. “Fue un momento muy duro. Estábamos preparados, por las capacitaciones que habíamos recibido del proyecto. Pero en ese momento uno entra en pánico. Entonces salimos desesperados. Primero pensando en los niños y en los ancianos, y dejando de lado las cosas materiales. Todo lo material se perdió”.
Practical Action había intervenido en Cuatro de Mayo, preparando a la población para actuar en caso de desastre. “Ellos estuvieron con nosotros en todo momento”, señala Rosa. “No nos abandonaron nunca, y eso es muy valorable. Recibimos capacitaciones de la plataforma, gracias al Sr. Walter Mendez. Él era un familiar más para nosotros. Nos dieron un sistema para medir el agua y saber en qué momento debíamos evacuar. También nos ayudaron a señalizar nuestras salidas de emergencia y las zonas de evacuación”.
Tomar las riendas
Pese a tener ya conocimiento de lo que sucedería, de la teoría a la práctica hay un paso gigante. Y de las predicciones a los hechos, también. “Los siguientes días fueron de mucha angustia”, relata Rosa. “Aunque recibimos ayuda de distintos sitios, como algunas ONG que vinieron, y también gente de otros asentamientos humanos vino hasta Los Jazmines a ayudarnos. Durante el día, sacábamos el agua que se había metido por nuestras casas y por nuestras calles, pero por las noches volvía a llover, y al día siguiente debíamos hacer lo mismo”.
Rosa entendió que debían estar organizados y unidos para salir adelante más rápido. Que si acaso no lo hacían, seguirían largo tiempo trabajando en vano. “Gracias a los consejos de la gente de Practical Action, lo primero que hicimos fue una olla común, con la que nos alimentábamos todos. Desayuno, almuerzo y merienda. Las tres comidas las compartíamos con la gente que nos había venido a ayudar”.
Pero había que ir más allá. Lo siguiente que hizo Rosa fue ocupar el puesto de coordinadora de la Calle Tres, y su función la llevó a involucrarse al 100% con las acciones del proyecto. “Hicimos una relación de todas las familias de la zona, para que la ayuda pueda llegar a todos, y para conocer en qué situación estaban todos. Los empadronamos con nombre, apellido y DNI. Eso nos facilitaba todo. En caso alguien estaba fuera de su casa cuando llegaba la ayuda, ya teníamos sus datos, entonces les dejábamos lo que nos llegaba”.
Cuestión de género: El sexo fuerte
Como suele ocurrir en momentos de resiliencia, la labor de las mujeres fue vital en el camino para que Cuatro de Mayo se recupere. Rosa lideró un grupo de mujeres que se puso al hombro cuanta labor se les puso al frente. Desde trasladar artefactos y materiales pesados hasta encargarse de que a los niños del pueblo no les falte comida. “Teníamos que cargar motobombas, que son pesadas, pero lo logramos. Una vez una estuvo cerca de golpearme, pero logré esquivarla y seguí adelante. Una puede ser viejita pero tengo fuerza”, nos dice Rosa entre risas.
Estas valiosas mujeres que dedicaban el día a sacar adelante a su pueblo, tienen también responsabilidades con su familia. “Muchas son madres y debían velar por sus hijos. Entonces, para que puedan trabajar tranquilas, les implementamos un espacio en el que los cuidaban y les dábamos alimentos”.
Rosa mira con optimismo el futuro: “Ahora estamos más organizados y más preparados para afrontar los desastres. El apoyo que hemos recibido de Practical Action ha generado que las autoridades se acuerden de nosotros y sepan que existimos, entonces estamos más cerca de recibir ayuda. Y sabemos que las mujeres, sobre todo, estamos preparadas para todo”.