La coordinación fue la clave para la recuperación ante inundaciones en comunidades del departamento de La Paz

Los efectos del cambio climático amenazan el bienestar, economía, la salud y la producción de varios municipios y comunidades de Bolivia. En marzo de este año 305 municipios del país fueron afectados por inundaciones y riadas; según datos oficiales, sus efectos dejaron más de 9.672 comunidades afectadas en el territorio boliviano. Sólo en La Paz, 80 municipios del departamento superaron su capacidad de respuesta, declarándose en desastre. Entre ellos, San Buenaventura y Ayo Ayo. Bajo este panorama, sobresale la articulación de diferentes actores que demuestran el poder del trabajo colaborativo y la coordinación informada ante eventos adversos.
San Buenaventura y Ayo Ayo comparten amenazas climáticas
San Buenaventura se alza majestuosa en la Amazonía boliviana a las puertas del Madidi, una de las áreas mega biodiversas del mundo; Ayo Ayo se ubica en el imponente Altiplano a más de 3.800 m s.n.m., ambos municipios enfrentan amenazas climáticas cada vez más frecuentes, este año enfrentaron un preocupante escenario de inundaciones, pero demuestran capacidades de resiliencia ante tal situación.
El modelo colaborativo y articulado entre diferentes actores permitió a las comunidades más afectadas avanzar en su rehabilitación y recuperación. Las voces de Ausberta y Erwin son un ejemplo de ello.
“Aún falta mucho por avanzar” reflexiona Ausberta

Ninguna nube se ve en el cielo, el azul se funde en las montañas y la luz del sol recubre el suelo en el que Ausberta Mamani se encuentra pisando su papa recién cosechada, esta es una de las partes más importantes del proceso para la elaboración del chuño, un alimento primordial y milenario para las familias del altiplano. El colorado vivo de la pollera de Ausberta sobresale en el paisaje andino, es una mujer trabajadora y valiente que conoce al detalle las capacidades y vulnerabilidades de Tuntumayo, su comunidad.
A sus 63 años sigue siendo muy activa en sus quehaceres, la experiencia de más de 10 años en diferentes cargos de su comunidad la hacen testigo de cómo las cosas han ido cambiando, y no precisamente para bien. Las heladas, una lenta pero contundente sequía y las lluvias intempestivas cada vez más frecuentes, parecen turnarse para afectar sus actividades productivas, e imponer desafíos cada vez más pesados para estas personas.
Con las inundaciones, esta comunidad perdió sus cultivos, lo que afectó gravemente la economía de las familias. Ausberta es una de las beneficiarias del proyecto “Respuesta inmediata y recuperación temprana ante la emergencia por inundaciones en el departamento de La Paz, Bolivia”, al cual recibió Bs. 500 como apoyo inicial tras la inundación.
La atención del gobierno municipal de Ayo Ayo, el aporte de la cooperación y el trabajo comunal de la población permitieron el acceso y disponibilidad de alimentos y rehabilitación de servicios vitales.
Para Ausberta la recuperación todavía será larga, hace falta más apoyo y prevención de posibles amenazas con un enfoque en la anticipación: “necesitamos maquinaria para limpiar nuestros ríos y elaborar planes de acción que se anticipen a cualquier desastre como el que pasó” afirma. Mientras toma su carretilla para trasladar la paja y alimentar a sus animales, Ausberta sabe que todavía queda mucho por trabajar.
“La organización es nuestra mayor fortaleza»

En el Norte-Amazónico de La Paz, en la comunidad Santa Anita (San Buenaventura), un grupo de personas se alista para trabajar en la rehabilitación de servicios básicos, pese a los vestigios de agua que todavía los rodean. Acciones necesarias luego de que las últimas inundaciones afectaron el acceso al agua y destruyeron zonas productivas.
Erwin Tejerina es el secretario del Comité de Agua de la comunidad y conoce perfectamente las consecuencias que deben enfrentar: el sistema de captación de agua fue dañado debido a las intensas precipitaciones registradas, potenciando la vulnerabilidad de la comunidad frente al acceso y calidad de este recurso.
La inundación es una de las amenazas climáticas más frecuentes y de mayor impacto en la zona. Las fuertes lluvias, arrasan los cultivos, principales medios de subsistencia de las comunidades, su salud se ve mellada por infecciones respiratorias y estomacales, hongos, y otras enfermedades tropicales, el acceso a agua es limitado y vulnerable a la contaminación por el arrastre de materiales al cauce del río y sistemas de distribución.
La rehabilitación de estos sistemas fue una prioridad para la comunidad y el municipio. El compromiso de colaboración y coordinación entre instituciones públicas, autoridades, cooperación internacional y la mano de obra de las y los pobladores, resultaron clave para responder efectivamente al problema. “La organización y la responsabilidad de la comunidad es nuestra mayor fortaleza” afirma Erwin, describiendo cómo se organizaron para cumplir con las obras de recuperación y dotación de materiales disponibles en la zona.
Cada acción efectuada formó parte de una estrategia clave para brindar una respuesta inmediata y facilitar la recuperación temprana ante emergencias en La Paz.

La articulación y coordinación de diferentes actores públicos y privados fueron la clave para que más de 141 comunidades de 6 municipios del departamento de La Paz pudieran responder a las inundaciones desde mediados de abril a julio del presente año a través de acciones relacionadas con la recuperación de medios de vida y seguridad alimentaria, fortalecimiento a centros de salud para la atención de personas afectadas, rehabilitación de sistemas de agua y fortalecimiento de espacios locales como los Comités de Agua.
3.407 familias fueron apoyadas gracias a la coordinación de las comunidades, organizaciones indígenas, los Gobiernos Autónomos Municipales de Ayo Ayo, Calamarca y Escoma (Altiplano) y San Buenaventura, Ixiamas y Palos Blancos (Norte de La Paz). Este proceso contó con la colaboración de la cooperación y la asistencia técnica de organismos no gubernamentales, que se sumaron a la gestión y liderazgo de entidades públicas como la Capitanía del Puerto Mayor del Río Beni, el SERNAP a través del personal del ANMIN Madidi, la Dirección de Gestión de Riesgo y Atención de Desastres de La Paz (GADLP) y el Viceministerio de Defensa Civil (VIDECI).
Estas acciones se desarrollaron en el marco del proyecto “Respuesta inmediata y recuperación temprana ante la emergencia por inundaciones en el departamento de La Paz, Bolivia”, con la colaboración de la Embajada de Suiza en Bolivia y del Hub Regional Lima de la Cooperación Internacional Suiza (COSUDE) – Grupo de Intervención y Apoyo Rápido (GIAR), así como de Practical Action y Solidar Suiza.