Las personas en el extremo agudo de la crisis climática
Mientras los países más ricos del mundo se preparan para el futuro impacto del cambio climático, las vidas de las personas en los países en vías de desarrollo ya están siendo destrozadas por este. La crisis climática exacerba la pobreza en los lugares más pobres del mundo. Quienes corren más riesgo son los menos culpables.
El cambio climático afecta a personas en todos los países del mundo de distintas maneras. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y las sequías, son cada vez más frecuentes e intensos. Ellos están destruyendo vidas y medios de vida, expulsando a gente de sus hogares y amenazando el suministro de alimentos de comunidades enteras.
Una crisis humana
Los países más ricos no son inmunes a los desastres climáticos. El aumento del riesgo de inundaciones en algunas partes del Reino Unido es el resultado del aumento del nivel del mar y de lluvias más intensas causadas por el cambio climático. 818 propiedades en Inglaterra han sido afectadas por las inundaciones más recientes. Se han cerrado escuelas, se ha prohibido el paso por carreteras, se han cancelado recorridos de trenes; y comunidades enteras han quedado aisladas del resto del país.

Mientras tanto, el clima más cálido y seco de Australia está convirtiendo los incendios forestales en una amenaza cada vez más grave para las personas, la economía y el medioambiente. Hasta ahora, seis personas han muerto en los incendios, que se alimentan de tierras agrícolas y arbustos azotados por la sequía. Al momento de escribir este artículo, cuadrillas de personas siguen luchando contra unos 120 incendios a través de Nueva Gales del Sur y Queensland.
Sin embargo, en un momento en el que en todo el mundo se sienten los efectos de la crisis climática, quienes viven en los lugares más pobres son más vulnerables. En particular, los 2500 millones de pequeños/as agricultores/as, pastores/as y pescadores/as que dependen de los recursos naturales para su alimentación e ingresos.
Como resultado directo de la crisis climática, millones de las personas que viven en la pobreza se están hundiendo más profundamente en ella; quienes sobrevivían al borde de la pobreza están siendo empujadas hacia ella; y las personas que la habían escapado son abrumadas nuevamente por ella.
El impacto para las personas es pérdida, conflicto y hambruna. Quienes más sufren son aquellos que menos han contribuido a la crisis climática. Unámonos y comprendamos esta nueva realidad de nuestro planeta –y descubramos soluciones holísticas y centradas en el ser humano que son clave para tomar acción frente al cambio climático.
“Salvar a nuestro planeta, sacar a la gente de la pobreza, impulsar el crecimiento económico… estas son una y la misma lucha. Debemos conectar los puntos entre el cambio climático, la escasez de agua, la falta de energía, la salud global, la seguridad alimentaria y el empoderamiento de las mujeres. Las soluciones para un problema deben ser las soluciones para todos”. Ban Ki-moon, ex Secretario General de las Naciones Unidas
Vivir con miedo en Nepal

Las inundaciones afectan a más personas en el mundo que cualquier otro tipo de riesgo de origen natural. Las comunidades más pobres son las que más sufren, ya que los desastres repetidos socavan su potencial de desarrollo y las atrapan en un ciclo de pobreza.
Millones de personas en Nepal viven con temor por las inundaciones durante la temporada de los monzones. A medida que el cambio climático hace que las precipitaciones sean más severas y los patrones meteorológicos son más erráticos, la amenaza es mayor. Con un tiempo de aviso limitado –a veces de dos minutos–, la gente solo puede tomar a sus hijos y huir. Vivir aquí es tener la propia existencia en juego cada día.
“Asia del Sur no es ajena al estrés climático y a los fenómenos meteorológicos extremos, pero el cambio climático está añadiendo aún más amenazas a la salud humana, la seguridad alimentaria y los medios de vida. En términos humanos, el resultado es comunidades enteras viviendo con el temor de ser arrastradas por las inundaciones, incluso mientras luchan por alimentarse y ganarse la vida en el campo”.Sunil Acharya, asesor de Practical Action sobre clima y resiliencia en Asia del Sur.
El conflicto que amenaza la frágil paz de Sudán

El conflicto es una de las causas principales de la pobreza y el sufrimiento humano –y el cambio climático es una de sus causas de fondo. Conduce a la escasez de alimentos, amenaza los medios de vida de las personas y desplaza a poblaciones enteras. Al intensificar los desafíos ambientales, sociales y económicos existentes, el cambio climático aumenta la competencia por los recursos. También puede intensificar las tensiones existentes entre las comunidades.
Sudán es uno de los países más propensos a sequías en África. En la zona de Darfur del Norte en particular, el cambio climático ha empeorado el ciclo de sequías prolongadas e inundaciones repentinas. Nunca ha sido tan difícil hacer crecer cultivos ni criar animales –las tierras de cultivo se convierten en desiertos ante la vista de las personas. En consecuencia, se produce menos alimentos, sus precios son más altos, y la competencia por la tierra y el agua se intensifica. Las personas que solo desean vivir en paz se ven obligadas a entrar en conflicto con sus vecinos. No hay suficiente para todos.
“Tras la guerra civil en Sudán, las comunidades están entrando en una nueva catástrofe. El cambio climático está separando familias y arruinando vidas en Darfur del Norte. La tierra aquí está tan agotada por la sequía que no puede mantener a la población humana, pero la gente que vive aquí no tiene donde ir. Es una situación que inevitablemente los obliga a entrar en conflicto unos con otros”. Awadalla Hamid Mohamed, jefe de proyectos de Practical Action en Sudán
Agricultores/as en el Perú luchan por alimentar a sus familias

A medida que la temperatura del planeta incrementa, la agricultura y los suministros de alimentos son cada vez más inestables; mientras que las inundaciones y las sequías provocadas por el cambio climático dificultan aún más la producción de alimentos. Esto dificulta la agricultura y eleva los precios de los alimentos. El 75% de las personas más pobres del mundo viven en zonas rurales y dependen de la agricultura para sus medios de vida. Para estas personas, los efectos del cambio climático —clima impredecible, cambios de temperatura y lluvias, disminución de las fuentes de agua y mayor competencia por los recursos— son realmente una cuestión de vida o muerte.
La producción de café es el motor económico de muchos países tropicales, con millones de personas dependiendo del cultivo de café y sus actividades relacionadas. A pesar de la importancia económica de este cultivo, ser caficultor en Perú o Bolivia es una lucha constante debido al impacto del cambio climático. La variabilidad de la temperatura y las lluvias provocan graves plagas en los cultivos y cambios en el ecosistema cafetalero ideal. Esto convierte muchas áreas tradicionales para el cultivo de café en tierras improductivas y moribundas. Las inundaciones y sequías cada vez más frecuentes y severas dañan los cultivos y causan daños al suelo.
Como resultado, muchos agricultores sufren para alimentar a sus propias familias. Algunos recurren a trasladarse a tierras forestales más altas, utilizando prácticas agrícolas destructivas que no son sostenibles y dañan aún más el medioambiente.
“En zonas remotas de Perú y Bolivia, las y los agricultores tienen cada vez más dificultades para ganarse la vida. Están aislados de la información técnica y del soporte que podría ayudarles. El cambio climático está separando a las familias. Las malas cosechas y la falta de fuentes alternativas de ingresos obligan a los agricultores a dejar a sus familias para buscar trabajo en las ciudades o en tierras agrícolas más grandes”. Carlos Rueda, líder temático de Agricultura y Bosques en Practical Action Perú
De vulnerabilidad a resiliencia
En diferentes continentes, Practical Action ayuda a millones de personas a adaptarse al cambio climático para que puedan prosperar a pesar de los desafíos que este genera. Nos enfocamos en donde hay mayor necesidad y podamos hacer la mayor diferencia. Comenzamos trabajando con las comunidades para identificar los desafíos específicos que enfrentan, y luego desarrollamos soluciones que logren el mayor impacto. Extendemos estas soluciones para que se beneficien más personas, y compartimos nuestra experiencia y habilidades para crear impacto más allá de nuestros proyectos.
“La resiliencia es central en la filosofía de Practical Action. En un momento en que se habla mucho de luchar contra la crisis climática, también estamos ayudando a la gente a afrontarla y a sobrevivir y prosperar en la nueva realidad climática. Estamos haciendo de la resiliencia una forma de vida para millones de personas.” Helena Molyneux, expresidente de la Junta de Trustees de Practical Action.
El cambio climático es un problema del presente, no solo del futuro. Hará falta ingenio, audacia y colaboración para tomar acción frente a él.