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Mujeres indígenas presentan un plan para salvar la Amazonía

Mujeres indígenas proponen soluciones prácticas que reduzcan la brecha de financiamiento para salvar la Amazonía

Ocho lideresas de comunidades en el corazón de la Amazonía, entre Perú y Ecuador, acaban de publicar un libro que podría cambiar el destino del bosque más importante del planeta. “Tejiendo el futuro” recoge sus recomendaciones para transformar la forma en que se protege el bosque y se toman decisiones sobre él.

Su propuesta es clara: cambios simples y prácticos, que en conjunto generen un impacto duradero; cambios que permitan que los pueblos indígenas lideren la conservación bajo sus propios términos y defender sus territorios frente a la minería ilegal, la tala, la caza y el narcotráfico.

Canga, comunidad Awajún en Amazonas, Perú.

La falta de una gobernanza sólida ha dejado vastas zonas de la Amazonía sin protección frente al daño ambiental descontrolado. Desde hace años, los pueblos indígenas y los defensores ambientales insisten en que las comunidades locales necesitan poder real para gobernar sus territorios.

Y dentro de ese reclamo, la voz de las mujeres se hace más fuerte, porque cuando las mujeres lideran, las decisiones son mejores para las familias y los bosques.

Las mujeres indígenas suelen custodiar semillas y plantas nativas; conocen los ritmos de la tierra y del alimento. Cuando tienen el mismo acceso a recursos que los hombres, los rendimientos agrícolas aumentan entre 20% y 30%, y el hambre se reduce. En paisajes bajo presión extractiva, como el Andes-Amazonas, su liderazgo también fortalece los lazos comunitarios y mejora la seguridad.

“Siempre exigimos que las mujeres estén presentes en cada evento. Deben trabajar junto a los hombres, porque juntos podemos apoyarnos”,
dice Matut Impi, vicepresidenta del Gobierno Territorial Autónomo Awajún.

Cinco pasos para pasar del principio a la práctica

El libro “Tejiendo el futuro” propone cinco medidas concretas para hacer realidad esa visión.

  1. Garantizar la participación de las mujeres.
    En muchas comunidades, los líderes varones han tomado decisiones sin pensar en el largo plazo, mientras que las mujeres han impulsado la educación y los derechos de la juventud. Sin embargo, los comités de mujeres suelen ser informales y carecen de presupuesto. La propuesta es darles representación formal y recursos, con reglas claras de gobernanza y corresponsabilidad.

Magaly Nawech.

“Estamos tejiendo caminos de resistencia y esperanza, con una nueva dinámica donde todas y todos tenemos voz, porque tenemos los mismos derechos”, dice Magaly Nawech, del pueblo Shuar Arutam.

  1. Hacer que participar sea posible, asequible y seguro
    Las barreras logísticas silencian muchas voces. Las lideresas, sobre todo las que viven en comunidades remotas, asumen solas los costos y los riesgos de desplazarse. Se propone que los presupuestos incluyan traducción, cuidado infantil y transporte seguro, y que las reuniones se realicen en horarios y lugares accesibles. Solo así las decisiones reflejarán las necesidades de todas las personas.
  2. Invertir en liderazgo intergeneracional
    El liderazgo no se renueva por sí mismo: se construye con formación, mentoría y redes diseñadas por mujeres. El diálogo con los líderes hombres debe mantenerse, en igualdad de condiciones y con presencia en planes, presupuestos y supervisión.

Maruzzela Suamuth Dati​, especialista técnica del programa ORPIAN-P, trabaja de manera cercana con Raquel Caicat, vicepresidenta, que aparece en la publicación.

“Lo que aprendí allí cambió mi vida y reforzó mi deseo de trabajar por las mujeres indígenas de una forma real”, cuenta Nelly Lorena Tando, de FEPNASH-ZCH.

  1. Tejer alianzas y hacer visibles las buenas ideas
    Los problemas de la Amazonía traspasan fronteras políticas y nacionales. El cambio en una zona pequeña es importante, pero no basta. Se necesita que las buenas prácticas se multipliquen mediante alianzas, propuestas conjuntas y comunicación constante.

“Debemos unirnos en los principios de solidaridad y reciprocidad”, dice Sandra Alvarado, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE).

  1. Asegurar el cambio en políticas y presupuestos
    Los gobiernos amazónicos a menudo carecen de recursos o mandato para trabajar con los pueblos indígenas y protegerlos. Por eso, los derechos indígenas deben formalizarse e integrarse al marco legal y financiero del Estado, reconociendo el liderazgo de las mujeres en conservación, gobernanza y servicios.

“Logramos cambiar los estatutos para que se establezca que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y, por tanto, los cargos deben asignarse de forma equitativa”, explica Teresita Antazú, de AIDESEP.

Ninguna de estas medidas requiere grandes instituciones ni presupuestos inmensos. Lo que proponen es un cambio en la forma de decidir y de financiar: reconocer el liderazgo de quienes viven y cuidan algunos de los territorios más valiosos del planeta, y respaldarlas para que sigan dando forma al futuro de sus familias y de sus bosques.

Esta publicación fue elaborada por AIDESEP y CONFENIAE, las instituciones representativas de los pueblos indígenas de la Amazonía en Perú y Ecuador, con el apoyo de Practical Action a través del Fondo de Paisajes Biodiversos (BLF) – Proyecto Andes Amazónico. El proyecto es implementado por un consorcio liderado por Practical Action junto con Nature and Culture International, AIDESEP, WWF, Terra Nuova y COSPE.