Proponen un sistema de alerta temprana que incluya saberes ancestrales e indicadores naturales
Warisata fue el espacio simbólico para construir una propuesta de un sistema de alerta temprana agropecuario.
Warisata significa “semillero de sabiduría” en aymara; no es casualidad que la Escuela Ayllu de Warisata, acogiera al primer Encuentro de saberes ancestrales e indicadores naturales hacia un sistema de alerta temprana agropecuario realizado el pasado 2 de diciembre, con la participación de cerca de 350 personas representantes de naciones indígenas, Gobierno, academia y sociedad civil.
Este evento tuvo el objetivo de intercambiar saberes ancestrales basados en indicadores naturales junto a conocimiento científico para construir una propuesta que integre este conocimiento ancestral como parte de un sistema de alerta temprana agropecuario.
Angélica Ponce Chambi, directora de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra (APMT), resaltó que esta propuesta permitirá a las comunidades un rol más activo desde el conocimiento de sus ancestros, en diálogo con la tecnología y el conocimiento científico. “Tenemos y conocemos varios bioindicadores y sabemos cómo observarlos y entenderlos, esto nos permitirá adaptarnos al cambio climático y sus amenazas y efectos”, señaló la autoridad.
Bioindicadores como parte del conocimiento y prácticas para adaptarse al cambio climático
La adaptación al cambio climático a través de biondicadores es una de las prácticas enraizadas en la cultura de varios pueblos indígenas.
Los indicadores naturales son organismos vivos (flora, fauna, astros) que se utilizan como una fuente de información para evaluar los cambios en el medio ambiente y sus posibles efectos en los medios de vida.
Durante el evento, representantes de pueblos indígenas aymaras y tacana, además de especialistas de la APMT, Senamhi, el Instituto Nacional de Seguro Agrario, la Universidad Indígena Boliviana Aymara «Tupak Katari» (UNIBOL), Prosuco y Practical Action compartieron experiencias relacionadas con esta práctica y su aporte desde las culturas vivas de pueblos indígenas y poblaciones rurales a la construcción de sistemas de alerta temprana inclusivos que aporten a reforzar la resiliencia en estas comunidades y escalando estos aportes a otros niveles territoriales.
Representantes indígenas hablaron de la necesidad de considerar el conocimiento indígena y los indicadores naturales como parte de sus tecnologías, un punto de partida y no sólo de inclusión para lograr una propuesta sólida, reconocida y sostenible que apunte a la construcción de un sistema de alerta temprana agropecuario que se nutra con la participación plurinacional.
Hablaron también de la necesidad de reconocer que este conocimiento varía de nación en nación según las ecorregiones y subregiones de Bolivia.
Desde las tierras aymaras, hablaron como desde hace décadas se han ocupado de sistematizar estos indicadores naturales, su significado y algunas de medidas de reducción de riesgo de desastres que han identificado como prácticas. Mientras desde el territorio tacana, expresaron como desde su plan de vida, la cultura y las tradiciones mantienen viva la gestión de su territorio y cómo han comenzado el proceso de sistematización de estos indicadores en su territorio.
Lo central es el conocimiento de la gente
El conocimiento y capacidades de la gente ayudan a analizar y tomar medidas sobre el tiempo, el clima y sus efectos, y relación con los medios de vida (plantas, cultivos, agua, etc.).
La base de este conocimiento es sin duda la observación, pero también su traspaso intergeneracional. Otros factores importantes son las herramientas de conocimiento, interpretación y análisis para evaluar las probabilidades de afectación o pérdida de cultivos, animales y otros.
Eliodoro Baldivieso (Prosuco) compartió un sistema de monitoreo de indicadores naturales que funciona con cerca de 120 indicadores de conocimiento ancestral, 45 de los cuales son indicadores naturales que la gente observa. Uno de los resultados de esta ONG es el Pachagrama, una herramienta de registro participativo de datos agroclimáticos que sirve para recolectar información del comportamiento del tiempo de forma diaria, que se convierten en datos del clima que caracteriza a una comunidad.
Por su parte, Leon Lizon (Practical Action), enfatizó en pensar en un sistema de alerta temprana desde sus cuatros componentes; además de replantear el entendimiento del riesgo desde los contextos específicos a cada nación indígena, aprovechar saberes para la implementación de la tecnología, vigilancia y sobre todo mejorar los canales de comunicación y difusión de alertas, considerando las limitaciones todavía existentes.
“Lo que nosotros queremos es práctica”
La necesidad de aterrizar esta discusión todavía conceptual dentro de prácticas fue una de las conclusiones más importantes de este evento. Así como lo fue la necesidad de agroestadísticas, reafirmar el conocimiento y las capacidades de las personas observadoras; la sistematización de los saberes ancestrales. Buscar institucionalidad a través de instrumentos normativos y financieros, entre otras.
Sea un anta, la flor de mayo, el liqiliqi o la flor del cactus, entre centenares de indicadores naturales, estos están presentes no sólo en las tradiciones sino en la cultura de estos dos pueblos indígenas, así como en la de los 36 que conforman al Estado Plurinacional de Bolivia.
Este espacio y la reflexión previa permitirá el camino hacia un segundo encuentro para fortalecer las propuestas logradas y la participación de más pueblos indígenas.
Acuerdos que necesitan volverse práctica
A continuación, se comparten algunos de los acuerdos y conclusiones principales del evento:
1. Reforzar los conocimientos tradicionales ancestrales, para un Sistema de Alerta Temprana (SAT) intercultural
- Reforzar el conocimiento de la ciencia y conocimientos ancestrales entre el Estado y la población rural para la preparación frente a amenazas agroclimáticas que se difundan en idiomas locales a través de radios comunitarias.
- Fomentar la base de datos de indicadores naturales desde las diferentes comunidades de los 36 pueblos indígenas originarios campesinos.
- Revitalizar la terminología de la gestión de riesgos en los idiomas originarios.
- Fomentar las réplicas intergeneracionales del manejo de tecnología agroclimática basada en bioindicadores.
2. Impulso de una política pública para un Sistema de Alerta Temprana inclusivo, participativo, intercultural para la seguridad alimentaria, con alta participación de las poblaciones indígenas en la formulación de políticas públicas relacionadas con el cambio climático y la agricultura
- Los saberes y conocimientos tradicionales deben tener su categoría dentro de las tecnologías para el pronóstico agroclimático, exige un alcance normativo nacional y una articulación entre actores.
3. Sostenibilidad institucional para el funcionamiento del SAT agropecuario, que implica la integración de conocimientos y prácticas tradicionales con tecnologías modernas que apunten a una resiliencia integral, efectiva y sostenible en beneficio de un sistema alimentario
- Liderazgo y red de actores con énfasis en la colaboración y complementación de conocimientos
- Sustentación y comunicación de alertas
- Alternativas tecnológicas acorde a las características del territorio.
- Reconstitución de los Yapukamanis en los territorios, ayllus y markas.
Del evento
Este evento fue convocado por la Plataforma de Naciones y Pueblos Indígenas Originarios Campesinos de Lucha contra El Cambio Climático (PILCCC) y la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra junto a la Escuela Superior de formación de Maestros Warisata y la INIBOL, con el apoyo de Prosuco y del proyecto Inclusión indígena para la toma de decisiones informadas en Gestión de Riesgo de Desastres en Bolivia.
Este proyecto es implementado por Practical Action en coordinación con Clear Global y la Universidad de Edimburgo, con el financiamiento de Lloyd’s Register Foundation. Tiene el objetivo de mejorar la comprensión y la integración del conocimiento y las necesidades indígenas en los conjuntos de datos (incluida la Encuesta Mundial de Riesgos: Lloyd Risk Poll) y procesos de toma de decisiones para que todos puedan tomar acción temprana e informada, proteger los medios de subsistencia y salvar vidas, contribuyendo a fortalecer su resiliencia climática.