Comunidades de Lima y Piura mejor preparadas ante inundaciones
El Fenómeno El Niño (FEN) u Oscilación del Sur El Niño (ENSO) es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico (en la zona oriental ecuatorial), que —entre sus múltiples efectos— produce la alteración de los patrones de lluvia en la costa peruana. En este territorio, mayormente árido por la ausencia regular de lluvias, las fuertes precipitaciones relacionadas con el FEN afectan a las poblaciones en situación de vulnerabilidad y generan la destrucción de grandes extensiones de tierras de cultivo, infraestructura y servicios públicos, así como la restricción de transporte durante largos períodos de tiempo, lo cual daña los circuitos de mercado. A finales del 2015, el aumento de la temperatura superficial del mar indicaba una alta probabilidad de experimentar un eventual Fenómeno El Niño de intensidad fuerte a extraordinaria. Sin embargo, los efectos en la costa peruana no llegaron a ese nivel. En las zonas de intervención del proyecto Aliados ante inundaciones, las lluvias llegaron en menor medida o no llegaron. En Piura, hasta fines de marzo, aparecieron nuevos peligros debido a la sequía, golpes de calor, e incremento de casos de dengue, malaria y chikungunya. En Lima, la Carretera Central fue bloqueada por huaycos. Se ocasionaron pérdidas materiales, mas no humanas. No es necesaria la presencia de un FEN fuerte en nuestras costas para experimentar pérdidas y daños. Los riesgos dependen en gran parte de nuestras vulnerabilidades y capacidades, nuestra forma de ocupar el territorio, la fabricación de las viviendas, la organización de la comunidad, la construcción (o inexistencia) de sistemas, la acción de las instituciones, entre otras medidas. En este contexto, el proyecto Aliados ante Inundaciones desarrolló durante el 2016 las siguientes actividades: se preparó a las comunidades frente a las lluvias esperadas, mediante el reforzamiento de capacidades, la realización de simulacros y el acompañamiento a los municipios. Además, se enfocó en mejorar la resiliencia de las comunidades y de su entorno: se reforzó la gobernanza a nivel comunitario, entendiendo mejor los peligros a través de simulaciones de huaycos; se desarrolló un enfoque de cuenca para la prevención; y se acompañó a las autoridades locales en la aplicación del Plan Nacional de Gestión de Riesgos, entre otras acciones.