COP30: Líderes indígenas de Perú proponen mecanismos viables para gestionar el financiamiento climático
Pueblos indígenas presentarán este novedoso mecanismo que busca garantizar el acceso directo para canalizar los fondos a los territorios amazónicos.
Una nueva propuesta en la 30° Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30), que se realiza en Belém, estado de Pará (Brasil), puede asegurar que los fondos climáticos finalmente lleguen a las comunidades que viven en la Amazonía.
Desarrollado por organizaciones indígenas de la selva tropical más grande del mundo, el plan muestra cómo el financiamiento climático puede hacerse más simple, justo y accesible para garantizar que realmente llegue a los territorios para garantizar los derechos indígenas.
Aunque el financiamiento climático mundial alcanzó alrededor de 1,27 billones de dólares anuales entre 2021 y 2022, solo una pequeña fracción beneficia a las comunidades que viven en la primera línea del bosque, aquellas que más hacen por conservar la naturaleza.
La propuesta fue coordinada por la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), con el apoyo técnico de Practical Action, y fue presentada en una conferencia de prensa el 12 de noviembre en el marco de la COP30, en Belém.

El Apu Jorge Pérez Rubio, presidente de AIDESEP, señaló:
“Durante demasiado tiempo, el dinero destinado a proteger la Amazonía se ha perdido en sistemas que no entienden ni respetan nuestras formas de trabajo.
Esta nueva propuesta que planteamos busca cambiar eso porque los pueblos indígenas ya tenemos experiencia manejando fondos directos de manera exitosa, un ejemplo de ello ha sido el MDE Saweto. Ahora, se trata de construir confianza y que se reconozca que sabemos cómo cuidar de nuestras comunidades, los bosques y derechos. Eso será posible con el acceso directo al financiamiento climático para implementar nuestras propuestas”.
Aliados son invitados a contribuir a la implementación
Al dirigir los recursos hacia donde más se necesitan, la propuesta busca abordar las profundas desigualdades en la Amazonía, donde muchas comunidades enfrentan diversas amenazas por actividades como la minería y tala ilegal, la contaminación, el crimen organizado, entre otras, que perpetúan la pobreza, la débil gobernanza y las limitadas oportunidades.
La propuesta invita a las organizaciones indígenas, gobiernos, socios y agencias de cooperación internacional a aportar comentarios que contribuyan a su implementación y crecimiento futuro. Se centra en cinco pasos clave para hacer que el financiamiento climático funcione para las comunidades indígenas:
- Acceso directo y sencillo al financiamiento: Las organizaciones indígenas pueden recibir y gestionar fondos directamente, con apoyo en el fortalecimiento de capacidades que refuerce el liderazgo y los sistemas locales.
- Respeto a la gobernanza indígena: Los procesos de rendición de cuentas deben reflejar la forma en que las comunidades indígenas se organizan y toman decisiones, sin imponer modelos externos.
- Participación equitativa en la toma de decisiones: Los pueblos indígenas deben ser socios plenos en la definición de decisiones de financiamiento, no solo beneficiarios.
- Priorización estratégica:Los fondos deben destinarse a áreas clave como la respuesta ante emergencias climáticas, el apoyo a mujeres indígenas, las economías verdes locales y la protección de defensores ambientales.
- Alianzas globales más sólidas: Los mecanismos internacionales de financiamiento deben ser inclusivos, transparentes y diseñados para apoyar soluciones lideradas por pueblos indígenas.

Al fortalecer el liderazgo indígena y garantizar un mejor acceso a financiamiento, esta propuesta contribuirá a reducir los desequilibrios de poder, promover medios de vida más seguros y sostenibles para quienes habitan el bosque, y disminuir la presión sobre los ecosistemas.
Alicia Quezada, directora regional de Practical Action en América Latina, afirmó:
“Mis colegas y yo vemos cómo se prometen sumas considerables de financiamiento climático, pero muy poco llega a las personas que han vivido —y protegido— los bosques durante generaciones. Hemos sido testigos de la destrucción ambiental y social causada por la ilegalidad, la pobreza y la falta de poder financiero.
Esta propuesta tiene el potencial de cambiar esa realidad. Demuestra cómo el financiamiento climático puede ser más simple, justo y verdaderamente eficaz si se trabaja con los sistemas de gobernanza indígena, en lugar de alrededor de ellos. Si queremos avances reales en clima y biodiversidad, debemos confiar e invertir directamente en el conocimiento, el liderazgo y las soluciones que ya existen en los territorios indígenas. Hacerlo no solo protegerá los bosques, sino que también ayudará a reducir la desigualdad y la inseguridad que mantienen a la Amazonía atrapada en la pobreza.
Hago un llamado a la comunidad internacional a escuchar a quienes proponen este plan y a unirse a nosotros para darles los medios para implementar el cambio”.
Al conectar el liderazgo indígena con la cooperación global, el objetivo es construir un sistema de financiamiento que funcione para los bosques, para las comunidades y para el planeta.