Cambio climático y biodiversidad: un vínculo indivisible
Escrito por: Colin McQuistan y Balvanera Cruz
El mundo se calienta cada vez más, se pierden los hábitats y las especies se enfrentan a la extinción. Todas estas son facetas de un mismo problema: el desarrollo no sostenible. Fritz Schumacher, fundador de Practical Action, hablaba de esto en su libro Lo pequeño es hermoso: “una actitud ante la vida que busca la plenitud en la búsqueda obstinada de la riqueza -en pocas palabras, el materialismo- no encaja en este mundo, porque no contiene en sí misma ningún principio limitador, mientras que el entorno en el que se sitúa está estrictamente limitado”. En pocas palabras, el mundo no tiene recursos suficientes para satisfacer nuestras insaciables demandas. Sin embargo, el desarrollo no sostenible y los efectos de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático no se dejan sentir por igual. Necesitamos desesperadamente encontrar una mejor forma de apoyar a las comunidades que ya están sufriendo estos desastrosos impactos. Pero ¿cómo lo lograríamos?
En Practical Action creemos que el primer paso debería ser el reconocimiento. Debemos reconocer que la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la falta de acceso a los recursos y la desigualdad están profundamente interconectados, limitando las oportunidades de muchísimas personas. Por ello, debemos adoptar un enfoque de desarrollo que aborde esta “triple crisis”, desarrollando soluciones integradas que mejoren el bienestar al tiempo que conservan y regeneran los ecosistemas.
Reforzar los vínculos entre clima y biodiversidad
Las cumbres de las Naciones Unidas sobre biodiversidad y cambio climático brindan una oportunidad clave para definir los objetivos mundiales en materia de biodiversidad y clima de modo que estén alineados y garanticen que las soluciones para combatir el cambio climático, como la reforestación, apoyen la biodiversidad en lugar de agotarla. Un primer paso es que los países, como parte del Marco Global de Biodiversidad, den prioridad a las acciones de protección de los ecosistemas descritas en sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (EPANB) y, como parte del innovador Acuerdo de París, generen indicadores que hagan un seguimiento de cómo las soluciones climáticas afectan a la biodiversidad como parte del Objetivo Global sobre Adaptación (GGA por sus siglas en inglés). Con la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP29) en curso, los firmes compromisos de la reciente COP de biodiversidad (COP16) enviarán un mensaje unificado a todas las convenciones, destacando por qué es necesaria la sinergia para hacer frente a estas crisis que están interconectadas.
Para ello, necesitamos comprender qué está impulsando estos problemas y qué podemos hacer para adaptarnos a nuestra nueva realidad.
El papel de la financiación para desbloquear el cambio
Tanto para la adaptación al clima, pérdidas y daños, así como para la conservación de la biodiversidad se necesita una adecuada financiación. En la COP16 se pidió a los países que presentaran sus planes nacionales de biodiversidad (EPANB) actualizados. Cuando comenzó la COP16, sólo 44 países (en su mayoría de economías desarrolladas) habían presentado planes actualizados, mientras que otros 119 países presentaron objetivos nacionales actualizados alineados con el Marco Mundial para la Diversidad Biológica. Esto demuestra claramente la voluntad de aplicar el Marco Mundial para la Diversidad Biológica, sin embargo, los países en desarrollo necesitarán apoyo para elaborar plenamente sus planes nacionales de biodiversidad.
La adecuada financiación es esencial para proteger la biodiversidad, ayudar a las comunidades a adaptarse y financiar las pérdidas y daños que sufren las personas como consecuencia de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Sin embargo, existe un gran déficit de financiación para la biodiversidad (700.000 millones de dólares anuales), y millones, si no billones, de necesidades climáticas no cubiertas. La COP16 presionó a las naciones más ricas para que comprometieran recursos con el objetivo de movilizar al menos 20.000 millones de dólares anuales al 2025. Dado que la mayor parte de la biodiversidad mundial se encuentra en los países en desarrollo, éstos necesitan la mayor parte de la ayuda. No obstante, las promesas de los países desarrollados en la COP16 se quedaron muy cortas. Es importante destacar que esta financiación, más que una cifra, representa un salvavidas para las comunidades de primera línea, especialmente los pueblos indígenas y comunidades locales, brindándoles los recursos que necesitan para proteger los territorios, aguas y ecosistemas en sus propios términos. La capacitación de estas comunidades reconoce su papel fundamental en la protección de la biodiversidad y fortalece su contribución a un planeta resiliente.
La adecuada financiación también está en la agenda de la COP29 (que este año se realiza en Bakú, Azerbaiyán). En esta conferencia se negociará el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG por sus siglas en inglés) para fijar una nueva meta de financiación mundial para el clima, que sustituya a los 100.000 millones de dólares acordados en 2009. Este nuevo objetivo deberá tener en cuenta la magnitud del creciente desafío e incluir financiación para la mitigación, la adaptación y para hacer frente a las pérdidas y los daños.
Para desbloquear los fondos de los gobiernos, los donantes y el sector privado, todos debemos:
- Dejar de verlo como caridad, sino como una inversión compartida en un futuro mejor para las personas y el planeta. Por cada dólar invertido, los beneficios serán significativos.
- Reconocer que se trata de una emergencia y actuar en consecuencia. Cuando se produjo la pandemia del Covid-19, la comunidad internacional movilizó miles de millones de fondos. Necesitamos la misma urgencia para hacer frente a las crisis interconectadas del clima y la biodiversidad.
- Hay que conseguir que el dinero fluya para que llegue donde se necesita, y rápido. La mejor manera de hacerlo es proporcionando apoyo presupuestario a los países y acceso directo a las comunidades.
- Facilitar la cooperación y dar los primeros pasos. Empezar por reconocer lo que es urgente y dónde hay capacidad sin aprovechar. La financiación de grupos comunitarios locales y de la acción de la sociedad civil local puede tener un impacto directo de forma rentable.
Las personas y la naturaleza son lo primero: El compromiso de Practical Action
Debemos reconocer el papel crucial que desempeñan las comunidades locales y los pueblos indígenas como custodios de su entorno y su contribución a la salvaguarda de nuestro planeta. También debemos permitirles tomar decisiones y darles la financiación y el apoyo adecuados para hacerlo. En la COP16 se reconoció el papel fundamental que desempeñan los pueblos indígenas y las comunidades locales en la protección de la biodiversidad, resultando en la adopción de un nuevo programa de trabajo y la creación de un órgano permanente de consulta de los pueblos indígenas sobre las decisiones de las Naciones Unidas relativas a la conservación de la naturaleza.
Las soluciones probadas, lideradas por los pueblos indígenas y comunidades locales de todo el mundo, nos demuestran que los grandes cambios pueden empezar por lo pequeño. A partir de los proyectos piloto que aportaron beneficios cuantificables sabemos que el camino a seguir existe. Sin embargo, para ampliar estos éxitos, los países deben ir más allá de las promesas y garantizar que los recursos lleguen al ámbito local para impulsar la aplicación a escala.
Nuestro enfoque colaborativo
En Practical Action creemos en soluciones basadas en el bienestar tanto de las personas como del planeta. Nuestro trabajo conecta ecosistemas sanos con comunidades resilientes, abordando las principales causas de la pérdida de biodiversidad y apoyando al mismo tiempo medios de vida locales sostenibles. Más allá de la incidencia, aplicamos soluciones prácticas que reducen la pobreza y elevan el conocimiento indígena y local, capacitando a las comunidades para liderar los esfuerzos de protección y conservación de la biodiversidad y hacer frente a los impactos climáticos.
Nuestro enfoque implica reunir a todos los actores, desde los gobiernos hasta las comunidades en primera línea, cuyo liderazgo y conocimientos son elementos importantes, pero cuya acción es esencial para lograr resultados significativos. El compromiso de Practical Action con la colaboración y el respeto mutuo crea vías para el entendimiento compartido y el progreso real.
Al conectar a los actores clave -como organizaciones indígenas, pequeños agricultores, gobiernos y el sector privado- promovemos prácticas sostenibles y económicamente viables que abren vías que capacitan a las comunidades para construir un futuro sostenible. Si les funciona económicamente y está en armonía con sus prácticas actuales basadas en la cultura y las creencias, se producirán los cambios sistémicos necesarios para lograr un impacto a escala.
El camino por recorrer
Los objetivos globales de las Naciones Unidas pretenden proporcionar objetivos comunes compartidos para garantizar la salud y la vitalidad de las personas y del planeta. Los objetivos globales son un norte al que pueden alinearse las acciones individuales y aplicar en colaboración con las comunidades locales, los pueblos indígenas y otras partes interesadas clave, reconociendo sus estructuras de gobernanza y sus derechos. La conservación y la adaptación al cambio climático no pueden tener éxito sin dar prioridad a las necesidades y perspectivas de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y esto debe traducirse en acciones que promuevan su liderazgo y el acceso directo a la financiación.
La COP16 de biodiversidad y la COP29 de cambio climático son pasos clave en el camino hacia la COP30 (esta próxima conferencia se celebrará el próximo año en Belém do Pará, Brasil). Esta es una oportunidad para convertir los compromisos en resultados tangibles que sirvan de puente entre las dos COP, para ello se necesitan alianzas estratégicas que impulsen una colaboración global que permita prácticas sostenibles y aumente la financiación para las comunidades, reforzando su resiliencia ante los desafíos de conservación, desarrollo y cambio climático.
Lograrlo no será fácil. Los grandes desafíos como la continua deforestación, la expansión de la agroindustria y las nuevas inversiones para la exploración de combustibles fósiles están impulsados por subvenciones económicas perjudiciales. Sólo mediante alianzas sólidas y una acción colectiva informada podremos proteger el medio ambiente y construir un futuro resiliente y próspero para todos, creando un impacto duradero para las generaciones futuras y el planeta.