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El Biol: una alternativa para la agricultura resiliente

Frente a los desafíos actuales, el biol es una alternativa prometedora para la agricultura, la seguridad alimentaria y la economía local.

Justina y Carmen, agricultoras de la comunidad de Cuno Cuno, embajadoras del biol en su comunidad. Foto: Practical Action/ Freddy Barragán

La agricultura actual enfrenta desafíos sin precedentes: el cambio climático y los fenómenos extremos, la degradación del suelo, la expansión de la frontera agrícola, la consecuente volatilidad de los precios y depresión económica son, entre otras, amenazas a la seguridad alimentaria de comunidades rurales, centros urbanos, alrededor del mundo.

Según datos del Banco Mundial (2024), la agricultura actual representa entre el 4 %  y 25% del producto interno bruto (PIB), sin embargo, alrededor de 2500 millones de personas viven con inseguridad alimentaria aguda.  “El desarrollo agrícola constituye uno de los medios más importantes para poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida y alimentar a la población” que hasta el 2050 puede llegar a los 10 000 millones de personas.

Actuar localmente frente a esta emergencia global es imperativo. Se requieren soluciones alternativas sostenibles y accesibles que fortalezcan las capacidades y empoderamiento de las y los productores locales, resalten su rol y refuercen los sistemas alimentarios cada vez más vulnerables.

El biol es una de estas soluciones, con raíces en la agroecología, potencia la producción basada en el cuidado de la Madre Tierra y del medio ambiente y permite una agricultura adaptativa, resiliente al clima.

Este biofertilizante líquido se produce de la descomposición anaeróbica (sin oxígeno) de materia orgánica, de fácil acceso en las comunidades.  El biol nutre, recupera, reactiva la vida del suelo y fortalece la fertilidad de las plantas (FAO).

Al aplicar biol, los agricultores no solo nutren sus cultivos de manera orgánica, sino que también fortalecen la estructura del suelo, “mejoran su capacidad de retención de agua, favorece el enraizamiento, prolonga la fase de crecimiento de hojas (responsables de la fotosíntesis), mejora la floración, activan el vigor y poder germinativo de las semillas, aumentando su resistencia a plagas y enfermedades”.  El biol puede incrementar la producción entre un 30% y un 50%, además de recuperar cultivos afectados por fenómenos climáticos como las heladas (Sistema Biobolsa, 2015).  Esto se traduce directamente en sistemas de producción más robustos, menos dependientes de químicos, una agricultura resiliente, con sistemas alimentarios  y economía local fortalecidos.

La esperanza necesita acción

Productora en Ventilla cosecha biol. Foto: Practical Action /Freddy Barragán

«Nos han enseñado a producir biol natural. Ese nos ayuda bastante, ya no con esos químicos, ya no vamos a fumigar con los químicos, las papas y también las verduras. Va a ser con base de biol nomás». (Margarita Mamani, Cuno Cuno)

Junto a 10 comunidades del altiplano estamos impulsando acciones sostenibles de adaptación al cambio climático y a las diferentes amenazas a esta zona, como son la sequía, las heladas y otros.

En el marco del proyecto Energía solar para promover la agricultura resiliente y mejorar la seguridad alimentaria en comunidades alrededor del lago Titicaca, ejecutado por Practical Action con apoyo de Ekoenergy ecolabelKilburn&Strode y la Fundación Eurofins, trabajamos en la instalación de sistemas fotovoltaicos para riego y en el fortalecimiento de la agricultura resiliente y regenerativa en cinco municipios de la cuenca Katari, en el altiplano Boliviano.

La producción del biol tiene una fuerte demanda en estas comunidades, no sólo por sus resultados en la producción sino porque representa una notable oportunidad para la generación de ingresos económicos para las organizaciones productivas. Su producción es relativamente sencilla y de bajo costo, utilizando materiales disponibles localmente como estiércol animal, restos de plantas de la zona, melaza, agua entre otros.

Esta independencia de insumos caros reduce drásticamente los costos de producción para las familias agriculturas, aumentando directamente sus márgenes de ganancia. Lo que antes era un gasto recurrente, ahora se convierte en un recurso autogestionado.

Adicionalmente, abre posibilidades de emprendimiento local con bajo costo. El excedente de biol no solo beneficia al propio agricultor o agricultora, sino que puede convertirse en un producto de venta. En nuestra experiencia las comunidades se organizan para ofrecer el biol a vecinos que aún no lo producen o a mercados locales interesados en productos orgánicos. Esta comercialización del biofertilizante no solo genera un nuevo flujo de ingresos, sino que también fortalece la economía circular dentro de la comunidad, fomenta el intercambio de conocimientos y reduce la dependencia de cadenas de suministro externas, promoviendo una verdadera autonomía económica local.

Puedes aprender a elaborar biol y cosecharlo junto a las comunidades de Icrana  y Cuno Cuno en el altiplano boliviano.

La diversificación productiva para la seguridad alimentaria

El biol juega un papel crucial en este aspecto. Al mejorar la salud y la fertilidad del suelo de forma orgánica, se crea un entorno propicio para el cultivo de una mayor variedad de especies vegetales que conviven y nutren el suelo. Los suelos enriquecidos con biol pueden sostener cultivos más exigentes o aquellos que antes no prosperaban, permitiendo a las y los agricultores experimentar con diferentes tipos de cultivo.

Esta diversificación reduce drásticamente el riesgo asociado al monocultivo, que puede significar la pérdida total de la cosecha y la seguridad alimentaria de una familia o comunidad y la degradación y erosión de suelos.

“Este año sacaremos cebollas, cebollitas, zanahorias, esos nabos ya no compramos de las ferias ni de La Ceja. Ah, yo me siento bien feliz, porque de ahí mismo ya los productos yo consumo, ya no voy a comprar, ya no gasto también dinero, más bien yo voy a vender”. Margarita Mamani

El biol no es sólo un simple fertilizante sino es una herramienta de la agricultura resiliente, la independencia económica y la soberanía alimentaria. Al adoptar esta práctica agroecológica, las comunidades revitalizan sus suelos y aumentan sus cosechas, pero, además, construyen un futuro más resiliente, sostenible y próspero.

Por: Mónica Cuba, Practical Action