Nambuque: Organización comunitaria en el corazón de la resiliencia

Jessica Soto es la presidenta del Comité Comunitario de Gestión de Riesgo de Desastres en Nambuque, un caserío escondido en la cuenca del río Moche, en La Libertad. Este comité se ha formado recientemente, aunque su rol es vital en una zona donde, cada temporada de lluvias, las vidas de sus vecinos y sus medios de subsistencia están en la cuerda floja. 

Durante años, los habitantes de Nambuque han enfrentado deslizamientos que bajan por las laderas, llevándose caminos, cultivos y hasta sueños. Jessica narra que es muy común que se queden incomunicados cuando llueve por varios días en la zona. Uno de los momentos más críticos ocurrió en 2017, cuando el puente El Molino fue arrasado por la crecida del río y dejó al caserío completamente aislado. Más de 70 familias quedaron incomunicadas, sin acceso a alimentos ni agua potable. En el año 2023, el ciclón Yaku y el Fenómeno de El Niño causaron daños similares. 

No solo es un problema vial: a Nambuque no llega ninguna señal de telefonía móvil, ni internet; tampoco llega la señal de radios locales en la mayor parte del territorio. Por lo tanto, cuando ocurre algún desastre y se bloquean los caminos, su desconexión con el resto del país es total. Estas dificultades se agudizaban con la desunión y poca capacidad de organización de los vecinos de Nambuque. 

Sara Anticona, también habitante del distrito, nos cuenta sobre esta dura experiencia: “Se presentan muchos derrumbes en época de lluvias. En el ciclón Yaku hemos quedado aislados como quince días sin alimentos. Ha habido personas que han tenido cólicos, dolores de muela; madres que han tenido a sus bebés. Solamente Dios fue quien nos ayudó en ese momento”. 

Con el respaldo del proyecto «Construyendo resiliencia comunitaria en cuencas vulnerables de Cajamarca, Lambayeque y La Libertad en Perú», financiado por BHA/USAID, las cosas empezaron a cambiar. Frente a las necesidades, como una de las principales iniciativas de mejora, este año nació el Comité Comunitario de Gestión de Riesgo de Desastres y la Brigada Comunitaria, liderados en gran parte por mujeres como Jessica y Sara. 

Ahora, Jessica y Sara motivan y convocan a sus vecinos para que participen en capacitaciones y reuniones, donde aprenden sobre prevención y respuesta ante emergencias. Además, han impulsado la organización para conformar una brigada comunitaria de primeros auxilios. A través de faenas comunales, los habitantes limpian caminos y señalan zonas vulnerables. Ahora ya cuentan con el conocimiento que se complementa con un sistema de comunicación por alto parlantes que les ayudará a informar, organizar y enviar alertas a la comunidad. 

Para Sara, estos avances son significativos: “Ya se formó el comité y estamos orientados para cualquier peligro o riesgo que se presente en la comunidad… Nos están formando en cómo solucionar todos los problemas que se suscitan aquí en el caserío”. 

Hoy, en Nambuque, hombres y mujeres de todas las edades saben que la resiliencia no es solo conocimiento, sino también trabajo en equipo. Así, Nambuque va en camino a convertirse en una comunidad resiliente, una que aprende, se une y se prepara para enfrentar los retos juntos.  


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