Sistemas de Alerta Temprana Inclusivos para todas las personas
Los desastres no afectan a todas las personas por igual. Esta dura realidad subraya la necesidad crítica de que los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) sean verdaderamente inclusivos, asegurando que nadie se quede atrás.
Aunque los actores clave son conscientes de estas disparidades, la implementación práctica de acciones, la asignación de recursos y el fortalecimiento de políticas aún es insuficiente.
En los últimos años, los equipos de Practical Action trabajamos en estrategias de resiliencia ante inundaciones que sean más equitativas e inclusivas. En este sentido, hemos identificado los SAT como una oportunidad para reducir brechas de desigualdad y que estos grupos se empoderen y protagonicen la gestión del riesgo y su resiliencia.
Creemos en el derecho de toda persona en situación de riesgo a recibir información oportuna, veraz y accesible para prepararse y responder ante emergencias. Por ello, promovemos los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) integrales e inclusivos, como una herramienta fundamental para fortalecer la gobernanza y construir resiliencia, utilizando tecnologías apropiadas y un enfoque sistémico.
Justamente, la participación de las personas en el diseño, fortalecimiento y aplicación de los cuatro componentes de un SAT, garantizan su eficiencia para el cumplimiento de sus objetivos, porque aportan que estos cubran información necesaria, adecuada a cada contexto, accesible para la mayor cantidad de públicos, considerando las diferencias, y legítimos para las comunidades y sus gobiernos locales.
La RED MOP, un ejemplo para espacios locales articulados


Un ejemplo inspirador es el Sistema de Alerta Temprana inclusivo e integral del Rímac en Perú. Este sistema aborda la compleja realidad de los riesgos y el cambio climático desde múltiples ángulos, fortaleciendo la resiliencia comunitaria y desarrollando capacidades.
La Red de Monitoreo Participativo (Red MOP), un componente clave de este SAT, está compuesta por personas voluntarias, en la cual prima la participación de mujeres (70%). Esta red genera información hidrometeorológica y de desastres adaptada a sus necesidades. No sólo monitorean el clima y comparten la información con sus pares y tomadores de decisiones para activar alertas, sino que también han fortalecido sus capacidades y liderazgo, logrando un empoderamiento significativo que es reconocido por sus autoridades locales, regionales y nacionales.
La Red MOP ejemplifica la «ciencia ciudadana» en acción. Ante la escasez de registros históricos y datos hidrometeorológicos en la cuenca del Rímac, las y los voluntarios recolectan datos estandarizados de precipitaciones usando pluviómetros manuales, un instrumento sencillo hecho con materiales de acceso local. La Red conecta a las comunidades con la meteorología, generando datos confiables que mejoran el monitoreo proporcionando alertas más precisas.
Esta información se comparte a través de WhatsApp y otros medios, complementando los datos oficiales del Senamhi para hacer los pronósticos más precisos. Este trabajo colaborativo con entidades técnico-científicas, a través de capacitaciones constantes, ha fortalecido el conocimiento de las comunidades sobre sus riesgos, la toma de decisiones y ha permitido a los técnicos comprender mejor las necesidades locales.
El empoderamiento de las mujeres a partir del manejo de información climática y su articulación con entidades técnico-científicas es clave para reducir las brechas de desigualdad, mejorar el acceso a la información y facilitar la toma de decisiones. Un acceso a información sencilla, entendible y oportuna permite a las mujeres tomar decisiones cruciales ante emergencias inminentes, reduciendo daños y pérdidas en sus medios de vida. Es fundamental que la comunicación clara y la preparación sean parte de una estrategia articulada de empoderamiento local. En el 2017 la alerta de una voluntaria alertó a las familias a evacuar y a las autoridades a responder de manera efectiva evitando muertes y reduciendo daños en comparación con un evento similar en el 2015.
Territorios indígenas fortaleciendo el acceso a la comunicación e información


Practical Action en Bolivia está apoyando el desarrollo e implementación de Sistemas de Alerta Temprana inclusivos, integrando no sólo los conocimientos ancestrales y locales con la tecnología, sino facilitando que las poblaciones indígenas reciban, pero también gestionen y adapten la información para responder de manera efectiva a las amenazas climáticas, asegurando que sean protagonistas en la gestión de sus territorios.
Un pilar fundamental de su estrategia es el acceso y fortalecimiento de la comunicación y la información, adaptado a las realidades de las zonas remotas. Practical Action ha impulsado el uso de sistemas de comunicación remotos y autónomos, como el fortalecimiento de radios comunitarias, cuyos objetivos si vinculen a los SAT; además trabaja en el acceso a la comunicación a través de sistemas de comunicación aislados complementadas con sistemas de energía solar, que son planificados con la comunidad de acuerdo con sus necesidades y prácticas. Esto permiten la difusión oportuna y diferenciada de alertas hidrometeorológicas y otra información vital, asegurando que llegue no sólo a las comunidades más aisladas, sino a las personas que viven en esa comunidad, reconociendo sus diferencias.
La inclusión a través del lenguaje y la cultura es un aspecto central. Más allá de la mera traducción, se promueve un enfoque intercultural que valora el entendimiento del contexto, los saberes y prácticas ancestrales y la forma de comunicación prevalente, como el idioma lenguajes. Esto implica que los mensajes de alerta se transmitan en idiomas locales, pero además incorporen indicadores naturales y terminología propia de las comunidades, haciendo la información más relevante y comprensible para todas las personas. Para esto se ha articulado el trabajo con socios locales, donde la comunidad es la protagonista e interactúa con el Instituto Plurinacional de Lengua y Cultura, Aymara, o Tacana (según corresponda a la región), las estructuras orgánicas territoriales (las autoridades de la Marca Corpa, o el CIPTA) y la coordinación informada con el Viceministerio de Defensa Civil; pero además a nivel internacional se trabajada con instituciones como Clear Global, y la Universidad de Edimburgo que dan soporte metodológico desde su experiencia.
Nuestros aprendizajes






- Reformular el rol de la comunidad mediante su participación consciente y dinámica en la planificación, funcionamiento y sostenibilidad de los SAT empodera y fortalece la resiliencia.
- La participación y liderazgo de grupos y comunidades reduce las limitaciones en las capacidades y hace énfasis en la territorialización de la alerta temprana y la acción consecuente, pero además genera gobernanza y colaboración.
- El proceso nos ha mostrado que muchos proyectos en curso no fueron diseñados con una perspectiva de género y carecen de indicadores de inclusión. Aún nos queda camino por recorrer para fortalecer nuestras propuestas transformadoras de género, lo que requiere trabajo e inversión continua como institución, equipos y fondos.
- Reconocemos que la inclusión es una prioridad en la agenda global, sin embargo, todavía existen barreras basadas en las diferencias y vulnerabilidades de los diferentes espacios con múltiples amenazas.
- Los mensajes de alerta deben ser claros, concisos y fáciles de entender por toda la población, independientemente de su nivel educativo o condición. Utilizar un lenguaje sencillo es fundamental. Los mensajes deben adaptarse a las necesidades y características de las diferentes audiencias, y adaptarlos a las necesidades de las personas con limitado acceso a la tecnología.
- Para garantizar que la alerta llegue a la mayor cantidad de personas posible, es crucial utilizar diversos canales de comunicación, como sirenas, radio, televisión, mensajes de texto, redes sociales, altavoces comunitarios y sistemas de notificación puerta a puerta.
- Por otro lado, se basan en información de una amenaza, y no considera que un mismo espacio territorial puede estar amenazado por múltiples amenazas, este sin duda es uno de los procesos a fortalecer y que necesita no sólo políticas sino inversión con base en el conocimiento del riesgo.
- Se necesita trabajar en el conocimiento, comprensión del riesgo y articular las acciones con diferentes actores que puedan favorecer a estos procesos. La rigidez en la aplicación de los instrumentos de los SAT suele carecer de la integración de las necesidades y experiencias locales.
- Así es importante identificar el aporte de los conocimientos y prácticas locales y como el diálogo permite fortalecer la comprensión del riesgo, la preparación de las comunidades y su coordinación con los espacios territoriales relacionados.
- Todavía existen comunidades en última línea, que están desconectadas de la red eléctrica, de caminos, que no cuentan con sistemas de comunicación convencionales, y que tienen una explosión alta al riesgo de desastres.
- La articulación entre los diferentes elementos del SAT es un desafío y aún necesita ser operacionalizada y superada. Es un reto valorizar las capacidades de los grupos vulnerables para que sean entes dinámicos con capacidad de decisión y participación en los SAT. Si no usamos «lentes de género» y no implementamos acciones inclusivas, corremos el riesgo de atender sólo la punta del iceberg.
- Los SAT deben concebirse como una herramienta de gestión integral del riesgo, no sólo en el proceso de respuesta, su eficacia requiere la coordinación articulada interinstitucional y de la comunidad para asegurar la calidad de sus cuatro componentes: conocimiento del riesgo, monitoreo y alerta, difusión y comunicación y capacidad de respuesta.
- De cara al futuro, planeamos seguir fortaleciendo las capacidades de nuestro equipo para comprender mejor las desigualdades y capturar las contribuciones de los diferentes grupos de personas en los SAT y otros procesos de Gestión de Riesgo de Desastres (GRD).
- Buscamos replicar esta metodología con otras instituciones, ofreciéndoles contenidos y herramientas con un enfoque inclusivo y de género en los SAT. Nuestra estrategia es comprometer a las comunidades desde la planificación y la implementación, involucrando a mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad, grupos y territorios indígenas en todos los componentes de los sistemas de alerta temprana.
Por: Mónica Cuba y Miluska Ordoñez (Practical Action)
